Cómo hacer el juego online más atractivo entre los más jóvenes

Este parece ser el objetivo que se ha impuesto la SELAE, Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado para 2022 contraviniendo así todo lo que lleva dispuesto el ministro Alberto Garzón a través del Ministerio de Consumo y la DGOJ. Si desde el Real Decreto de la publicidad del juego y el próximo Real Decreto sobre el Juego Responsable el titular de Consumo reafirmaba su compromiso de lucha contra los efectos negativos de los juegos de azar entre la población más vulnerable, la SELAE quiere ir contracorriente y opta por desarrollar estrategias comerciales que acerquen el juego a los más jóvenes.

Centro de Madrid, España.

En una memoria de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, la institución pública de juegos de azar hacía público el inicio del proceso de licitación de la actividad comercial con la mirada puesta en los segmentos menos desarrollados: los más jóvenes y los mayores de 65 años. ©c1n3ma/Pixabaz

SELAE: promocionar la actividad comercial y atraer a los más jóvenes

La SELAE ha publicado una “memoria justificativa” con el objetivo de iniciar el proceso de licitación para un nuevo contrato de promoción de los juegos bajo su administración, loterías y apuestas, en la que el operador de titularidad pública ha definido una estrategia para el 2022 algo sorprendente.

Según el texto al que ha podido acceder Casinos-Online.es, la SELAE se habría planteado el siguiente objetivo de negocio: 1) recuperar durante los dos próximos ejercicios la recaudación que se ha perdido en los dos últimos años por causa de la pandemia de la COVID-19; 2) ampliar la base de clientes enfocando la actividad comercial de promoción hacia aquellos sectores menos desarrollados por la actividad: el segmento de clientes entre 18 y 24 años, y los mayores de 65.

Para ello se ha adjudicado un contrato de servicios con el objetivo de prestar un servicio integral de creatividad, comunicación y publicidad para las apuestas deportivas e hípicas: Quiniela, Elige8, Quinigol, Lototurf y Quíntuple Plus. Mientras tanto, hemos podido conocer que la empresa adjudicataria del contrato de servicios ha sido NO LINE WORLDWIDE SL.

Además, la SELAE habría publicado un documento adjunto con prescripciones técnicas que servirían de herramienta para el despliegue efectivo de las campañas de publicidad a desarrollar por la entidad adjudicataria. En este documento la SELAE pone el énfasis en el segmento de los jugadores mayores de 20 años y realiza una comparativa muy significativa con las apuestas deportivas.

Según la SELAE, aunque la penetración referida al porcentaje de la población mayor de edad que juega a la Quiniela y apuesta es muy similar (4,5 y 4,0, respectivamente), las cantidades jugadas son mayores en el caso de las apuestas deportivas que, además, cuenta con una base de clientes más fiel. Esta sería la tendencia que la SELAE quisiera revertir.

Con este fin, la adjudicación de servicios debe poder alcanzar los objetivos propuestos por la SELAE:

  • atraer a los consumidores jóvenes mayores de 20 años
  • convertir los jugadores ocasionales en habituales
  • hacer énfasis en la cuantía de los premios y botes
  • destacar el apoyo de la SELAE al deporte
  • apelar a la tradición.

La SELAE ve en Elige8 un juego de gran potencial. El juego asociado a la tradicional Quiniela consiste en elegir 8 resultados de las predicciones de la Quiniela: 15 en total. No muy conocido aún, Elige8 es según la SELAE un juego propicio para los más jóvenes que pueden así optar a los partidos en los que más confían.

Indignación y contradicciones desde la industria y los sectores afectados

Desde algunos sectores de la industria del juego se ha puesto el grito en el cielo después de la publicación de la memoria de la SELAE. La propuesta de negocio estaría en franca contradicción con el discurso que ha caracterizado a Alberto Garzón desde su llegada al Ministerio de Consumo. La cuestión fundamental es que la SELAE se estaría permitiendo invertir una millonada en publicidad y estrategias de marketing mientras que el sector languidece debido a las restricciones impuestas por el Real Decreto 958/2020. La disminución en los gastos de publicidad de la industria del juego online ha sido muy significativa durante el tercer trimestre de 2021.

Además, no parece muy coherente que desde una entidad estatal se esté buscando fidelizar la participación en el juego de los jugadores más jóvenes, lo que no comulga en absoluto con la postura de Garzón al frente de Consumo. La polémica está servida.

Ahora, le tocaría a Garzón justificar este giro de la SELAE que quiere enfocar su mercado a los más jóvenes.

¿Qué pasa entonces con el juego?

Como se desprende del último informe “Mitos y Realidades del Sector del Juego” publicado por la patronal CeJuego, el juego está plenamente integrado en la sociedad española como actividad de ocio y entretenimiento. Tampoco se juega tanto como parece, incluso se juega menos ahora que en la década precedente. Además, el juego está regulado y no existe ninguna confabulación entre los operadores de juego para atraer a los menores de edad o ubicar los locales cerca de colegios o en los barrios pobres.

Así pues, ¿es el juego tan peligroso como se afirma desde algunos sectores de la sociedad española? ¿Es la legislación sobre el juego responsable que apadrina Garzón una cortina de humo?

Pero la industria cae en sus propias contradicciones pues si, como se afirma, que el juego sea problemático es un mito, ¿qué problema hay entonces con el juego? ¿Cuál es el problema si la SELAE quiere tener una mayor penetración en la franja de edad que menos juega a las quinielas de fútbol e hípica?

Hay un aspecto que se suele dejar de lado. El debate viene ocasionado por la percepción de que desde el ministerio de Garzón se estaría favoreciendo el juego público frente al privado. Uno sería juego bueno, el otro juego malo. Pero existe una diferencia fundamental entre las apuestas del estado y las privadas. En esencia el juego es el mismo, sí. Lo que pasa con la recaudación, con las ganancias después de repartir los premios es, sin embargo, muy diferente.

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