Casino con criptomoneda en Caracas

La autorización para el uso de criptomoneda en casinos físicos habría sido una medida con el objetivo de paliar las consecuencias de la perenne crisis económica que vive el país caribeño. Aunque criptomonedas y juego parecieran a primera vista un cóctel explosivo, el presidente venezolano Nicolás Maduro lo habría autorizado el pasado enero con el fin también de darle un impulso a la criptomoneda local, el Petro. ¿Qué ha quedado de la iniciativa? Nuestro análisis.

El Parque Central en Caracas con las Torres Gemelas al fondo.

En los casinos físicos venezolanos se podría estar aceptando muy pronto transacciones con la criptomoneda local Petro. ©Coffeeboy405/Pixabay

La idea no era para nada descabellada, aunque debido a la volatilidad usual de las criptomonedas no está exenta de riesgos. Con la autorización de criptomonedas el presidente venezolano Nicolás Maduro habría estado intentando sortear los efectos de una crisis económica que al menos en parte viene causada por las sanciones económicas impuestas desde 2015.

El maravilloso país caribeño vive tiempos convulsos desde la revolución bolivariana iniciada por el expresidente Hugo Chávez en 1998. Al creciente aislamiento internacional se suma una fuerte crisis económica derivada también por la caída en los precios de diversas materias primas de las que depende la economía venezolana.

El uso de criptomonedas en el juego y las apuestas online no es nada nuevo, un ejemplo es el atari token, desarrollado para los usuarios del casino. Diferente es su uso en establecimientos físicos. La autorización de la criptomoneda local Petro está llena de dudas.

¿Qué es el Petro?

La creación de la criptomoneda nacional Petro vendría a ser una medida para paliar la crisis y al mismo tiempo una respuesta al uso generalizado de dólares frente a la moneda nacional, el bolívar, considerablemente depreciada.

La creación de la criptomoneda Petro consta desde 2017 y el estado se habría reservado el derecho a minar Petros, lo que evitaría la especulación y garantizaría un precio estable de la moneda, según fuentes del gobierno venezolano. Este hecho ya ha causado un aluvión de críticas. Al estar centralizado, el Petro no cualificaría realmente como criptomoneda.

En todas las plataformas digitales de intercambio de criptomonedas el Petro parece estar ausente, y muchos lo califican como una estafa. Incluso, organizaciones que trabajan en el país y fomentan el uso de criptomonedas entre la población habrían declarado que no sabían nada de su existencia.

El problema real es que los usuarios no parecen tener el control sobre la criptomoneda y esta no cotiza. La moneda está totalmente centralizada y solo se puede adquirir a cambio de bolívares. Una vez obtenidos los Petros, estos se cambian por otras criptomonedas más en uso a nivel internacional, como bitcoins. Eso permite hacer pagos en páginas web extranjeras, inaccesibles con bolívares.

Los venezolanos habrían estado utilizando criptomonedas y la tecnología blockchain para paliar los efectos de la rampante inflación. Tiene sus defensores dentro del país que han creado tiendas online en las que es posible realizar transacciones usando Petros. La ventaja es que la criptomoneda no se devalúa. Su valor con respecto al dólar viene fijado por el precio de las commodities más importantes en el país: el petróleo, el oro y los diamantes. El presidente Maduro habría declarado que el Petro está respaldado por el barril de crudo.

Casinos con criptomonedas

En este contexto no deja de ser sorprendente el anuncio del presidente Maduro el pasado enero de que iba a autorizar el uso de Petros en un casino físico internacional situado en el Hotel Humboldt de Caracas.

Según el mandatario venezolano, las apuestas en el casino solo se podrán realizar con Petros, y estos se pueden adquirir usando cualquier otra moneda internacional o, incluso, otras criptomonedas. Los beneficios del casino se utilizarían para programas de salud y educación.

El anuncio tiene un tono propagandístico; y es difícil de contrastar debido al secretismo en todo lo que rodea las decisiones del estado venezolano. A menudo, la realidad se confunde con la ficción y las fake news están a la orden del día. Ni siquiera sabemos si los propios venezolanos podrán jugar en el casino o si éste solo estará abierto a clientes extranjeros.

Situado en la cima del cerro El Ávila, el Hotel Humboldt es un imponente edificio modernista icono de la arquitectura vanguardista venezolana. Construido en los años cincuenta del siglo pasado, ha sido el lugar elegido por Maduro para iniciar esta aventura tan peculiar con la criptomoneda Petro.

La medida no deja de ser curiosa. El gobierno bolivariano no se ha caracterizado por su flexibilidad con respecto al juego. El expresidente Chávez ya había ordenado el cierre de todos los establecimientos, incluidas las casas de apuestas y los bingos. Ahora se abriría un casino internacional preparado para el uso de la criptomoneda. No sabemos a ciencia cierta si la iniciativa se va a extender a otros establecimientos.

En un momento en el que la economía latinoamericana se está abriendo al juego online con interesantes iniciativas legales en este sentido, es extraño este movimiento por parte del gobierno venezolano y la reapertura del casino físico Humboldt. La PetroApp podría ser la aplicación móvil disponible para operar con Petros en el casino.

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