Brasil cada vez más cerca de aprobar la ley del juego

En una votación histórica en la Cámara los diputados federales aprobaron por 246 votos contra 202 el texto PL 442/91 que legaliza los juegos de azar en el país sudamericano. Ello no significa la legalización del juego ni mucho menos, pero es un paso muy importante que ha sido celebrado por la industria. Ahora le toca al Senado ratificar la ley que sigue estando amenazada por el veto del actual presidente Jair Bolsonaro. Con un 2022 lleno de importantes acontecimientos como las elecciones presidenciales y la Copa del Mundo de Fútbol en Catar, la sociedad brasileña se muestra bastante dividida.

Congreso nacional, Brasilia, Brasil.

La Cámara de diputados brasileña ha aprobado la propuesta PL 442/91 para la ley que ha de regular los juegos de azar en el país sudamericano. ©renatolaky/Unsplash

La nueva legislación aprobada contempla la legalización del juego en general, esto es, las apuestas deportivas, los juegos de casino, el bingo, el popular jogo do bicho y el juego online. La legislación ofrece una regulación en todos los segmentos de los juegos de azar, algo que muchos operadores, nacionales e internacionales, estaban reclamando.

Existía gran expectativa sobre lo que podía ocurrir con los juegos online, sobre todo en el segmento de las apuestas deportivas en línea debido a la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol en Catar a finales de este año y en donde la selección de Brasil parte como una de las grandes favoritas. De todas formas, la implementación final de la ley no será fácil, aún existe mucha resistencia por parte de algunos sectores conservadores de la sociedad brasileña.

Los aspectos más importantes de la ley del juego

No parece que el actual presidente Jair Bolsonaro modifique su inflexible postura. Son muchos los detalles que la nueva legislación tiene en cuenta y una serie de enmiendas fueron también aprobadas durante la sesión en la Cámara.

Uno de los puntos más importantes es que el que se refiere a la fiscalización del juego. Se prevé una contribución del 17% sobre los ingresos brutos. También se crea una tasa para la expedición de la licencia y un gravamen del 20% para las ganancias netas superiores a 10.000 reales. En este sentido, y como en otras regulaciones de la región, se propone la creación de un organismo regulador a nivel federal, encargado de la concesión de las licencias y los permisos para las operaciones de juego online.

Otro de los aspectos más interesantes de la nueva regulación es el relativo al destino del dinero recaudado por las autoridades federales. Programas relativos a la salud pública y los deportes son prioritarios. En estas áreas, el financiamiento de iniciativas que combaten la ludopatía y protegen a los jugadores es también preferente.

La entidad reguladora colombiana, Coljuegos, ha empleado los recursos obtenidos de la industria de los juegos de azar para financiar la sanidad pública del país. Es por ello, que la regulación de los juegos de azar se antoja tan importante para los países, como forma de obtener recursos que de otra manera serían muy difíciles de obtener.

No obstante, parece que ahora el Senado ha pisado un poco el freno. El Senado sería la cámara encargada de tramitar la ley que si obtiene un amplio consenso podría ser aprobada de urgencia. Sin embargo, fuentes internas habrían declarado que la propuesta de ley necesita un debate más amplio, lo que dejaría la ley en un cierto impasse. Ello quiere decir que parece muy poco probable que la ley se vote este año. Sin duda, las próximas elecciones generales previstas para principios de octubre juegan un papel clave. Los principales candidatos han preferido no pronunciarse con respecto a la ley del juego.

Una sociedad dividida

La legalización de los juegos de azar parece polarizar a la sociedad brasileña. Según una encuesta realizada a finales de febrero y comienzos de marzo de este año sobre la base de 3.000 entrevistas en todo el territorio nacional, un 48% se habría mostrado contrario a la legalización de los juegos de azar y un 43% a favor, mientras que el restante 9% no contesta.

Es sabido que los sectores evangélicos del país están, en general, en contra de la legalización y la regulación de los juegos de azar, y esto se refleja en la encuesta realizada. Un 54% de los declarados evangélicos se mostrarían en contra, mientras que el porcentaje descendería hasta el 48% entre los cristianos. El mismo porcentaje entre quienes no se declaran de ninguna confesión. Un dato curioso es que entre los entrevistados que apoyan la gestión del actual presidente Jair Bolsonaro, una importante mayoría, el 57%, se declara a favor de la legalización de los juegos de azar.

La polarización evidente de la sociedad brasileña en torno al juego muestra que aún es necesario un cambio de mentalidad entre la población para que acepte los beneficios que la regulación implica, como hemos visto en otras jurisdicciones de la región como Colombia o Argentina; y los políticos son los encargados ahora de que este cambio se haga realidad.

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