Stake: del éxito en Twitch al veto en España
Desde su fundación en 2017, Stake ha tejido su imperio digital al ritmo vertiginoso de Twitch, el deporte patrocinado y el auge de las criptomonedas. Su expansión global reabrió el debate sobre la regulación del juego online, especialmente en países como España, donde fue multado y bloqueado, pero mantiene fuerte presencia digital.
De plataforma desconocida a criptocasino global
Stake nació como una plataforma de apuestas con criptomonedas bajo licencia de Curaçao, una jurisdicción conocida por su escasa regulación. Fundado por Ed Craven y Bijan Tehrani, el proyecto se enfocó desde el inicio en aprovechar el potencial de los activos digitales y el marketing de alto impacto.
En apenas cinco años, Stake ha pasado de ser un nombre marginal a convertirse en el criptocasino offshore más grande del mundo. El modelo de Stake combina anonimato, rapidez en las transacciones y un sistema de recompensas agresivo.
A través de criptomonedas como las aceptadas en los casinos con Bitcoin, Ethereum o Litecoin, los usuarios pueden apostar sin intermediarios bancarios, lo que ha resultado especialmente atractivo para un público joven, habituado al entorno descentralizado de la economía digital.
En 2023, diversas estimaciones del sector situaban sus ingresos en más de 2.600 millones de dólares, consolidando su posición de liderazgo a nivel global.
Twitch: la gran autopista hacia las masas
La plataforma de streaming Twitch ha sido clave en la expansión internacional de Stake. Mediante acuerdos con streamers de gran impacto, como xQc o incluso Drake, el casino ha llegado a audiencias de millones de espectadores a través de retransmisiones en las que se muestran apuestas en tiempo real por sumas millonarias.
El canal “Slots” ha logrado superar en visualizaciones a títulos emblemáticos como Fortnite, consolidándose como una nueva vía de entretenimiento dominada por la apuesta en directo. En España, figuras como ElmilloR han contribuido a dar visibilidad al fenómeno, mostrando en directo giros gratuitos con ganancias de cientos de miles de euros.
Estas retransmisiones, carentes en muchos casos de advertencias claras sobre los riesgos del juego, han sido criticadas por expertos y asociaciones de prevención por su influencia sobre públicos jóvenes. Aunque Twitch ha introducido políticas más restrictivas desde 2022, los contenidos sobre Stake siguen presentes a través de canales internacionales o enlaces externos.
El salto al fútbol y los patrocinios de élite
Stake no se ha limitado al ámbito digital. Su estrategia incluye una fuerte inversión en patrocinio deportivo, que le ha permitido aumentar su visibilidad global. En la Premier League, es sponsor principal del Everton FC, y su logo aparece en la equipación oficial del equipo.
Además, ha patrocinado eventos de la UFC, escuderías de Fórmula 1 y ha fichado como embajadores a figuras de renombre como Sergio “Kun” Agüero o Israel Adesanya.
Este tipo de alianzas refuerzan su imagen como marca de referencia entre los amantes del deporte y del entretenimiento online. La combinación entre visibilidad deportiva y presencia en plataformas como Twitch ha sido fundamental para consolidar su base de usuarios.
Redes sociales: publicidad viral y polémica
Stake también ha sabido adaptarse al lenguaje de las redes sociales. En X (antes Twitter), la marca ha desplegado una estrategia de contenidos virales, donde se mezclan memes, clips deportivos y mensajes de apariencia informal, todos ellos acompañados del logo de Stake y el hashtag #Ad.
Estas publicaciones, compartidas por cuentas verificadas o con gran número de seguidores, logran una gran difusión sin parecer anuncios convencionales. El enfoque publicitario encubierto ha generado controversia, especialmente en países con normativas estrictas como España, donde se exige transparencia y restricción en la publicidad de juegos de azar.
España: bloqueado, pero aún visible
En noviembre de 2022, la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) sancionó a Stake con cuatro millones de euros por operar sin licencia en España. La web del casino fue bloqueada en territorio español, y actualmente no permite registrar cuentas desde el país.
Sin embargo, su presencia en redes sociales continúa activa. Usuarios españoles pueden acceder fácilmente a publicaciones promocionales, sorteos y enlaces externos que redirigen al casino a través de VPN o perfiles internacionales.
Aunque el Ministerio de Consumo ha asegurado que estas campañas no están dirigidas específicamente al público español, la exposición real sigue siendo alta. La normativa nacional exige que toda publicidad de juegos de azar cuente con medidas eficaces para evitar el acceso de menores y proteger a los colectivos vulnerables.
No obstante, en redes como X o TikTok, donde la edad mínima para registrarse es de 13 años, no existen herramientas de verificación robustas que impidan el acceso a estos contenidos.
Criptomonedas y anonimato: el otro lado del éxito
El uso de criptomonedas es otro de los pilares del modelo Stake. La plataforma permite jugar con más de 20 activos digitales, lo que proporciona un alto nivel de anonimato, operaciones inmediatas y reducción de costes bancarios. Para los usuarios, esto se traduce en una experiencia fluida y sin restricciones.
Stake también ha lanzado servicios como Stake Vault, una funcionalidad para guardar fondos dentro del casino con supuestas garantías de seguridad. A ello se suman incentivos como sorteos semanales de hasta 75.000 dólares, retransmisiones deportivas exclusivas y promociones dirigidas a su programa VIP.
Sin embargo, la falta de auditorías externas y la escasa transparencia fiscal han generado críticas en torno a la opacidad del modelo y su posible uso como vía de evasión financiera en jurisdicciones sin controles estrictos.
Europa busca una respuesta común
El fenómeno Stake ha impulsado un debate creciente sobre la necesidad de armonizar la regulación del juego online en Europa. Mientras que países como España, Italia o Francia imponen restricciones claras, otros permiten operar a empresas sin licencia local, generando vacíos legales y una competencia desigual.
En los últimos meses, diversas instituciones europeas han comenzado a debatir la creación de un marco común para controlar la actividad de operadores digitales con alcance transnacional.
La realidad demuestra que las fronteras tradicionales no son suficientes para limitar el acceso a plataformas globales con presencia en redes sociales y apps de alto consumo.
Desde el Ministerio de Consumo español, se reconoce que el modelo actual necesita adaptarse a la era digital. Las herramientas de control basadas en territorio y licencias locales ya no son efectivas frente a empresas como Stake, cuyo contenido circula libremente por canales internacionales.
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