El nueve de diamantes o la maldición de Escocia

Las cartas de la baraja del póker tienen nombres propios con diversos orígenes, y lo mismo podemos decir de las manos. La jerga es amplia e incluye curiosidades y algunas sorpresas. Existe una carta que destaca sobre todas las demás por la cruel historia a la que hace referencia su nombre. El nueve de diamantes se conoce también como la maldición de Escocia. El origen de la expresión es incierto y existen varias hipótesis al respecto.
Flor de cardo.
Publicado el: 8 SEP 2022

El nueve de diamantes es una carta maldita, al menos para los escoceses. Las historias que explican por qué es así se remiten a la convulsa historia de Escocia en la corona británica. A continuación, enumeramos las dos leyendas más conocidas al respecto:

John Dalrymple y la Masacre de Glencoe

Treinta y ocho miembros del clan MacDonald fueron asesinados a sangre fría el 13 de febrero de 1692 en la zona del valle de Glen Coe en las Highlands o Tierras Altas escocesas. El episodio tiene como protagonista a John Dalrymple, político escocés que ostentaba el puesto de Secretario de Estado en esa época. Con motivo del levantamiento Jacobita que propugnaba la restauración de la Casa de Estuardo, el gobierno de Guillermo III de Inglaterra mantuvo una política de vigilancia y represión en las Tierras Altas, la pacificación de las cuales se antojaba fundamental para la casa de Orange enemiga de los Estuardos.

El clan de los MacDonald era uno de los tradicionalmente rebeldes en aquellas tierras. Bajo la disculpa de no haber prometido lealtad al rey Guillermo un total de 38 miembros de clan fueron asesinados por invitados que habían aceptado su hospitalidad. Más de cuarenta mujeres y niños murieron también a la intemperie después de que sus hogares fueran quemados por las tropas de la corona.

Parece que los asesinatos habían sido planeados al más alto nivel político. John Dalrymple era un leal servidor de la casa de Orange y su deseo era asegurar para el rey Guillermo el trono de Escocia a toda costa. El escudo de armas de la familia Dalrymple consiste en una cruz de San Andrés de color azul sobre un fondo amarillo decorada con 9 rombos que recuerdan al 9 de diamantes de la baraja francesa.

Como Secretario de Estado Dalrymple tenía el control político y militar sobre los asuntos en las Tierras Altas y su desprecio por los clanes que aún apoyaban a la Casa de Estuardo era conocido. Aunque la orden de los asesinatos nunca fue escrita en el reverso de una carta con el 9 de diamantes. Parte de la leyenda, el diseño del escudo de armas de la familia Dalrymple y el rol del primer Earl en la masacre pueden ser la razón por la que popularmente al 9 de diamantes se le conozca como la Maldición de Escocia.

John Dalrymple resignó de su puesto en 1695 por su rol en la masacre, pero siguió envuelto en la política británica. Su participación en las negociaciones sobre el Tratado de Unión entre Inglaterra y Escocia que dio lugar al reino de Gran Bretaña en 1707 fue decisiva. Aunque murió antes de que el Tratado se hiciese realidad.

La batalla de Culloden y el Duque de Cumberland

De nuevo un levantamiento Jacobita en 1745 sirve de trasfondo de esta historia. La batalla de Culloden, el 16 de abril de 1746, supuso la derrota definitiva de la causa Jacobita que defendía la restauración de la Casa de Estuardo frente a los partidarios de la Casa de Hannover, la dinastía gobernante desde 1714 hasta 1901, cuando muere la reina Victoria I. Los Jacobitas eran en su gran mayoría escoceses de las Tierras Altas. El ejército británico estaba al mando del príncipe Guillermo Augusto, Duque de Cumberland e hijo del monarca Jorge II. Después de la batalla el duque se ganó el sobrenombre de “el carnicero”.

Una vez ganada la contienda el Duque de Cumberland ordenó no dar cuartel a los soldados Jacobitas, heridos y prisioneros que fueron ejecutados. La represión duró aún semanas después de la batalla, persiguiendo a los supervivientes. Se dice que el Duque llegó a entrar desafiante en la ciudad de Inverness, el cuartel general de los Jacobitas, montado a caballo y blandiendo su espada ensangrentada. Muchos defensores y simpatizantes de la causa fueron hechos prisioneros y enviados a York y Londres donde se realizaron ejecuciones indiscriminadas.

El Duque de Cumberland no consideraba a los soldados Jacobitas como miembros de un ejército enemigo sino simplemente como traidores a la corona, por lo que se merecían el mayor castigo. No tenemos certeza de si la orden de ejecutar a los soldados Jacobitas fue escrita en una carta con el 9 de diamantes, pero ha pasado a ser parte de la leyenda.

Otras interpretaciones

El popular diccionario Brewer de frases y dichos menciona el juego “Pope Joan” que en el siglo diecinueve era bastante popular en Escocia. El nombre del juego hace alusión al papa Juan VIII, que en realidad pudo haber sido una Papisa, quien habría ocultado su sexo para llegar al pontificado. Su origen reside en el juego de cartas francés Nain Jaune, el enano amarillo. El nombre pudo haber sido mal pronunciado en inglés como “Nun Joan” dando lugar al nombre “Pope Joan”. En el juego la carta denominada Pope era el nueve de diamantes. Los presbiterianos escoceses detestaban al papa que consideraban el anticristo, de ahí el nombre dado a la carta.

Otras interpretaciones aluden a que la palabra inglesa curse, maldición, puede haber surgido en realidad como corrupción de la palabra cross en referencia a la aparente similitud entre la forma romboidal de los diamantes y la cruz de San Andrés que aparece en la bandera escocesa. Durante el reinado de María I de Escocia, María Estuardo, en la segunda mitad del siglo dieciséis, se robaron nueve diamantes de la corona real. La reina decidió entonces que toda Escocia pagaría el robo con un impuesto especial, de ahí la maldición

Lo cierto es que es difícil saber cuál de las interpretaciones es la verdadera, pues ninguna ha sido demostrada más allá de toda duda razonable. No obstante, lo más probable es que la denominación contenga alguna clase de resentimiento histórico. Algunas veces se alude simplemente a la maldición de Escocia cuando se tiene una mala mano a las cartas.

Artículos recientes

Todas las entradas