Vamos a contar los mejores chistes de apuestas
Nunca hay que olvidar cuán importantes son para las personas el reír y las carcajadas. Tan fuerte es el poder del humor que la risa es contagiosa y nadie quiere tener anticuerpos y ni cura contra esto que es tan bello y alegra al corazón. El humor no conoce barreras, a tal punto que se dice que los cortometrajes cómicos de Charles Chaplin fueron proyectados en distintos países y culturas disímiles. El resultado fue el mismo en todos los lugares, cientos de personas llorando de la risa con las películas del cómico inglés.
Uno de los momentos más recordados de la filmografía de Quentin Tarantino es el chiste que cuenta en el film Desperado de su amigo y colega Robert Rodríguez, también conocido en Hispanoamérica como “La balada del pistolero”. Esta escena es tan recordada por los fanáticos que existen incontables transcripciones y referencias en internet sobre esta. Nosotros hemos revisado la escena en inglés original y decidimos adaptarla para darte uno de los mejores chistes de apuestas que existen al día de la fecha.
La escena del chiste comienza con Tarantino sentado en una mesa y comenta: Un hombre entra a un bar, se acerca al barman y le dice:
– Camarero, tengo una apuesta. Te apuesto 300 dólares a que puedo vaciar esta botella de vino en ese vaso y sin derramar una sola gota; dice señalando un vaso a como a tres metros de distancia.
El barman lo mira extrañado y le responde – Espera un momento, déjame ver si te entendí bien ¿Estás queriendo decirme que me apuestas 300 dólares a que puedes llenar con agua aquel vaso que está allá sin derramar una sola gota desde aquí?
El hombre lo mira serio y asiente. El cantinero le estrecha la mano y le dice – ¡Joven, tienes una apuesta! El hombre se pone en situación, mira hacia el vaso, se concentra y comienza a regar de agua todo el lugar. Moja al cantinero, la barra, las mesas, las sillas. En fin, en todos lados menos en el vaso. El cantinero comienza a reír a carcajadas.
– ¡Pobre hombre! Ahora eres 300 dólares más pobre; le dice el cantinero.
– Espéreme un segundo, por favor; le contesta el hombre.
El hombre camina con paso decidido al fondo del bar y habla con unos muchachos que están jugando al billar, luego de intercambiar algunas palabras, vuelve a la barra y le paga los 300 dólares al cantinero con una gran sonrisa en la boca.
– Oye, ¿se puede saber por qué estás tan feliz? Acabas de perder 300 pavos.
– ¿Ves a esos cuatro muchachos jugando al billar en el fondo del bar? Pues bien, les aposté 500 dólares a cada uno a que te mojaría toda la barra y el lugar, y que no te molestarías por ello sino que hasta te alegrarías!
Vale, si has visto la película o conoces la escena, te habrás dado cuenta de que adaptamos un poco este chiste de apuestas para que fuera apto para todo público, pero lo importante no es con qué riega el bar, sino el final.
A continuación, algunos de nuestros chistes favoritos:
- ¿Cuál es la diferencia entre rezar en la iglesia y rezar en el casino? Que cuando rezas en el casino lo haces con todo tu corazón.
- ¿Qué cosa tiene 13 corazones pero ningún órgano? ¡Una baraja de cartas!
- Jaime, que no paras de apostarle a todo. Te apuesto 100 pavos a que no.
- ¿Qué hamburguesa pide un apostador? Doble o nada.
Esperamos haber dibujado una sonrisa en tu cara. Y recuerda, que para saber acerca del mundo de los casinos online, solo tienes que leer nuestra guía de casinos online actualizada. ¡Hasta la próxima!
