Las apuestas deportivas en Brasil bajo sospecha

¿Qué legales son las apuestas en Brasil? Ahora que la legislación que aprobaría el juego en el país sudamericano está pronta para ser ratificada por el Senado, la página de investigación periodística The Intercept ha publicado un reportaje en donde se pone en cuestión las prácticas de algunos conocidos sitios de apuestas brasileños. Aunque el juego no es formalmente ilegal, siempre que no se ubique en el territorio nacional, la legislación actual deja más preguntas que respuestas.

Estadio de Morumbi, sede del São Paulo FC, Brasil.

Sportsbet.io es el patrocinador oficial de los clubs de fútbol São Paulo y Flamengo en Brasil y Rosario Central en Argentina. La mayoría de los equipos de fútbol brasileños están hoy patrocinados por casas de apuestas, aunque sus operaciones no son legales en el país. ©sergio souza/Pexels

Todos los analistas coinciden. El mercado brasileño de apuestas es prometedor y una legislación que regule el juego tanto presencial como online solo puede ser beneficiosa. Para el país que recaudaría un dinero que revertiría en programas de educación y sanidad, y para los operadores que quieren actuar en mercados sostenibles.

Pero el juego en Brasil es aún ilegal; o más o menos ilegal, a ciencia cierta no se sabe muy bien. En 2018 el por entonces presidente Michel Temer aprobaba una legislación provisional que despenalizaba las apuestas en el país y creaba un marco legal para su legalización. No obstante, ello apenas quería decir que se iba a dejar actuar a las casas de apuestas siempre y cuando no operasen desde territorio brasileño.

En la práctica, lo que significa es que se toleran casas de apuestas por internet domiciliadas fuera del país y con una de esas licencias legales que permiten operar en cualquier parte, no se sabe muy bien cómo. Los sellos de Curaçao, la isla de las Antillas Neerlandesas, o la de la comisión de juego de la reserva canadiense Kahnawake son los más conocidos. Malta y Gibraltar son también regulaciones apreciadas por los operadores del mundo digital.

Legal o ilegal, el juego mueve mucho dinero en Brasil. Según estimaciones, este año las apuestas podrían estar moviendo más de un billón y medio de euros. No es así extraño que los grandes operadores internacionales hayan puesto algo más que sus ojos en el lucrativo mercado brasileño. Casas como Sportingbet (Entain) o Betsson son buena prueba de ello.

Pixbet en el punto de mira de Intercept Brasil

Pero además de los operadores internacionales que se han enfocado en el mercado de apuestas brasileño no solo con páginas localizadas sino también ejerciendo patrocinios sobre todo en el fútbol, también existen casas de apuestas locales. Pixbet es una de ellas y los periodistas de The Intercept han querido ir al fondo del negocio.

Según la investigación de The Intercept, Pixbet habría comenzado en 2012 como un pequeño local de apuestas en una localidad cercana a Campina Grande, la segunda ciudad del estado de Paraíba. De aquella no se sabía muy bien de qué se trataba, y a menudo era confundida como una filial de Sportingbet, ya que el local utilizaba las cuotas del conocido operador británico. Quizás se tratase de una confusión buscada. A partir de aquí el negocio creció, y mucho.

Creció hasta el punto de convertirse en diez años en una de las principales marcas de apuestas en Brasil. Hoy es el mayor patrocinador de fútbol en el país, y desde que en 2018 las apuestas ya no son ilegales, al menos formalmente, el negocio solo puede ir a mejor. 35 de los 40 clubs de fútbol de las dos categorías principales del fútbol brasileño están patrocinados por casas de apuestas. Pixbet está presente en 10 de ellos.

Hasta aquí todo normal. Pero los investigadores de The Intercept quisieron averiguar cómo una casa de apuestas brasileña se las tiene que ver con una legislación de lo más ambigua y que no les permite, en principio, aparecer como un operador nacional. Pixbet opera tres páginas online que son poco más que réplicas de Pixbet.com. Oficialmente opera desde Curaçao.

Sin embargo, The Intercept pudo comprobar que las transacciones monetarias en Pixbet lejos de estar localizadas en Curaçao a través de empresas de pago internacionales tenían lugar mucho más cerca. De hecho, serían hasta cuatro sociedades brasileñas las que reciben el dinero depositado. Dos de ellas estarían autorizadas a enviar pequeñas cantidades de dinero al extranjero, mientras que las otras dos se trataría de personas jurídicas vinculadas a la familia del propietario de Pixbet y con sede en Campina Grande.

Es muy posible que el dinero depositado en la casa de apuestas nunca haya abandonado Brasil. De ser así, Pixbet estaría incurriendo en una ilegalidad y la página podría ser cancelada y sus dueños procesados. Es uno de los problemas de no contar con una legislación clara al respecto y un ente estatal con la misión de supervisar todo lo que acontece en el mundo del juego.

Pero las cosas están cambiando y el Parlamento brasileño aprobaba el pasado marzo la legislación que habría de dar paso a la legalización de los juegos de azar en el país. Ahora, la propuesta está en el Senado que, por lo que parece, se lo está tomando con calma. Sin duda esperando a lo que pueda ocurrir con las elecciones generales previstas para este octubre.

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