Las tragaperras, negocio rentable para el ejército de EEUU

El Pentágono ingresa más de 100 millones de dólares al año por las máquinas de juego que tiene instaladas en sus bases militares fuera de su territorio. Esta actividad que le permite financiar programas de bienestar y recreación para los soldados y sus familias, pero que también genera controversia y riesgos.

Bandera de Estados Unidos en la parte frontal de un jeep militar.

Las tragaperras, negocio rentable para el ejército de EEUU en el extranjero. ©Robert Linder/Unsplash

Un dilema ético y económico para las fuerzas militares del país

El ejército de Estados Unidos cuenta con más de 3.000 máquinas tragaperras en sus bases militares en el extranjero, principalmente en Europa y Asia. Estas máquinas permiten a los soldados apostar parte de su salario en busca de entretenimiento y diversión. Sin embargo, lo que para muchos es un simple pasatiempo, para el Pentágono es una fuente de ingresos que supera los 100 millones de dólares al año.

Según un informe del Departamento de Defensa, el dinero recaudado por las tragaperras se destina a financiar programas de bienestar y recreación para los militares y sus familias, como instalaciones deportivas, bibliotecas, cines o guarderías. El Pentágono defiende que el juego es una forma de mejorar la moral y la calidad de vida de los soldados, que a menudo se enfrentan a situaciones de estrés y aislamiento en sus misiones en el extranjero.

Sin embargo, este tipo de entretenimiento también tiene sus riesgos y sus voces críticas. Algunos expertos advierten de que el juego puede generar adicción y afectar negativamente a la salud mental y física de las personas que lo practican. Así lo advierte un estudio publicado en la revista The Lancet, que revisa la evidencia científica sobre los trastornos del juego y sus consecuencias sanitarias y sociales. El estudio señala que el juego puede provocar ansiedad, depresión, insomnio, problemas familiares, laborales y financieros, e incluso el suicidio.

Además, algunos activistas y políticos cuestionan la legalidad y la ética de que el ejército ofrezca y promueva el juego entre sus miembros, especialmente en países donde esta actividad está prohibida o restringida. Por ejemplo, en Alemania, donde hay más de 1.000 máquinas tragaperras en las bases estadounidenses, el juego está regulado por los estados federados, que exigen licencias, impuestos y límites de apuesta. Sin embargo, el ejército de EEUU se acoge a un acuerdo de 1956 que le otorga inmunidad legal y fiscal para operar las máquinas en su territorio.

El juego, un sector en auge en Estados Unidos

Estados Unidos es el país con el mayor mercado de juego del mundo. Según la American Gaming Association (AGA), el juego comercial en Estados Unidos generó más de 16.000 millones de dólares en el segundo trimestre de 2023, lo que supone un récord para este periodo y el décimo trimestre consecutivo de crecimiento.

El juego online fue el segmento que más contribuyó a este aumento, con un 43,1% más de ingresos que el año anterior, alcanzando los 3.680 millones de dólares. Dentro de esta área, las apuestas deportivas fueron las que más crecieron, con un 56,6% más de ingresos, llegando a los 2.300 millones de dólares. Mientras tanto, el juego online de casino mantuvo su nivel récord, generando 1.480 millones de dólares, un 22,5% más que en el segundo trimestre de 2022.

Este sector se ha visto impulsado por la recuperación económica y social tras la pandemia, y por la legalización de las apuestas deportivas en varios estados, a raíz de la decisión del Tribunal Supremo que permitió la apertura del mercado del juego a nivel estatal. Según la AGA, el juego de azar online contribuye con 261.000 millones de dólares a la economía de Estados Unidos, genera casi 1,8 millones de puestos de trabajo y aporta 40.000 millones de dólares en ingresos fiscales para los gobiernos federales, estatales y locales.

Según un estudio de la asociación, más de la mitad de los adultos estadounidenses participaron en alguna forma de juego en el último año, lo que supone un récord histórico. Además, el 88% de los estadounidenses considera que el juego de casino es aceptable para ellos o para otros, un nivel que se ha mantenido constante durante más de una década. Entre los que visitaron un casino en el último año, el 87% considera que el entretenimiento que ofrecen los casinos es innovador, y el 83% cree que los casinos ofrecen una buena relación calidad-precio en comparación con otras opciones de ocio.

El juego es, por tanto, una actividad que, aunque genere beneficios económicos para un país, también presenta riesgos y problemas asociados muy graves. Su uso y su impacto son objeto de debate y de investigación, y plantean cuestiones éticas y políticas que requieren una reflexión crítica y una regulación adecuada.

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