Las criptomonedas en el punto de mira
Pagos con criptodivisas, casinos digitales con tecnología blockchain y realidad virtual, Whatsapp Pay, apuestas a través de la red Telegram… el juego online se está preparando para un giro radical, tanto en lo que se refiere a las transacciones financieras como en la forma cómo experimentamos los juegos de azar. Las criptodivisas están en el punto de mira por el limbo legal que las rodea. Las autoridades reguladoras se encuentran a la espera de que los gobiernos y sus respectivos bancos centrales actúen. Mientras, en internet, cada vez son más los operadores online que las admiten para las transacciones aunque no todo es oro lo que reluce y los peligros de fraude acechan.
Aunque muchos auguran que pronto todos los pagos digitales se harán con bitcoin o alguna otra moneda digital, la falta de regulación convierte a las criptomonedas en una apuesta de alto riesgo. ©Tumisu/Pixabay
Afirmaba la que fuera secretaria de estado de Economía y Apoyo a la Empresa Ana de la Cueva que mientras no exista un marco legal que regule las criptodivisas como se regulan actualmente otros servicios financieros, su uso continúa conllevando riesgos. El reciente anuncio del presidente salvadoreño Nayib Bukele en el sentido de que adoptaba bitcoin como moneda de curso legal va por este camino, aunque todavía resulta algo confusa la manera cómo Bukele piensa implementar la medida.
La medida de Bukele podría tener sentido para la economía de El Salvador. La idea es permitir un acceso rápido a las remesas que envían los emigrantes salvadoreños a sus familias, aunque montar la red digital que haría esto posible se antoja complicado. En Latinoamérica existe un gran interés por las criptodivisas debido a la histórica debilidad de las monedas nacionales y porque en muchos países de la región la inexistencia de un mercado de juegos de azar regulado favorece las transacciones en moneda digital. Venezuela lo intentó con el Petro, aunque sus resultados han sido puestos en entredicho.
La CNMV alerta
Cuando Tesla invirtió una suma desorbitada de dólares en bitcoin, en lo que parecía más bien un movimiento contable para disfrazar las pérdidas astronómicas de la compañía gracias a la consiguiente subida en el valor de la criptodivisa, tanto el Banco de España como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pusieron en marcha el dispositivo de alarma.
Invertir ya no solo en bitcoin, sino en cualquier otra criptomoneda pues son muchas actualmente las que se encuentran en circulación y se ofrecen en las conocidas bolsas de bitcoin pensadas para los inversores novatos y amateurs, sería una apuesta de alto riesgo, según las autoridades españolas. El calificativo de apuesta le viene como anillo al dedo. La proliferación de brókeres online que prometen excelentes rendimientos con una relativamente pequeña inversión sacándole así provecho al auge de las criptodivisas esconde no ya riesgos, sino también no pocos fraudes como aconteció no hace mucho con aquellos vecinos de Vigo que se vieron envueltos en una estafa.
Con motivo de la salida en bolsa de Coinbase, la empresa norteamericana que participa en la inversión online en criptomonedas, sus dirigentes reconocían la extrema volatilidad de las divisas sujetas a una alta especulación. Si a finales de 2019 y durante los primeros meses de 2020 los activos que maneja Coinbase, principalmente bitcoin y ethereum, habrían subido un 73% reflejando el momento álgido del boom, poco después cayeron un 36%. No muy diferente al mecanismo de la ruleta: lo que has ganado apostando al rojo lo pierdes en seguida apostando al negro. El mismo mecanismo de números aleatorios que maneja las tragaperras online garantiza un mejor retorno.
Las autoridades nacionales andan con la mosca detrás de la oreja. Y no es para menos. Las criptodivisas nacieron como promesa de un sistema financiero desregulado y su expansión y aceptación entre los consumidores pone en peligro la autoridad que hasta ahora tenían los estados nacionales, así como las grandes entidades financieras transnacionales, de emitir y controlar la moneda. Si un gigante como China decidiese emitir su propia divisa digital no cabe duda de que otros países irían detrás. Por lo de pronto, que lo haga El Salvador aceptando bitcoin como moneda de curso legal no deja de ser una anécdota.
Pero no va a ser un camino de rosas. El reconocimiento de bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador tendrá lugar a partir del 7 de septiembre y ya ha habido protestas. Ante los avisos del Banco Mundial muchos salvadoreños han salido a la calle para protestar contra la medida. Existe un creciente número de ciudadanos que son escépticos o muestran su rechazo a la medida, cercano al 70%. Muchos pequeños comerciantes estarían en contra del uso de bitcoin porque entiende que la volatilidad extrema de la moneda supone un riesgo para sus negocios.
Ahora bien, serán capaces las compañías privadas de darle la vuelta al asunto. Aún es pronto para ver los resultados, aunque algo se está moviendo. La Comisión Europea se habría puesto manos a la obra para ordenar un mercado único de finanzas digital y crear una legislación acorde en materia de criptoactivos, y todo por el anuncio de la Libra de Facebook que nunca llegó a cuajar del todo bien aunque resurgió como Diem, una moneda digital concebida como stablecoin, es decir, no estaría sujeta a la especulación pues no fluctuaría y su valor estaría vinculado al de la moneda del país en el que se realizan las transacciones financieras.
Pero es que Facebook se ha puesto muy serio con esto de las finanzas digitales. Trabaja denodadamente para que su nuevo sistema de pagos a través de WhatsApp sea aceptado en todo el mundo. WhatsApp Pay parece que ya está listo para funcionar en Brasil y la India, dos países en los que Facebook ha puesto grandes expectativas. Han sido el banco de pruebas. Claro que en esto la firma Apple ya se había adelantado asegurándose con Apple Pay la fidelización de los usuarios de sistemas iPhone.
En este sentido, la pregunta acerca de cómo depositaremos en los casinos online del futuro está más abierta que nunca. Pero estamos casi seguros de que la tecnología blockchain tendrá mucho que decir al respecto.
