Garzón deja la política tras regular el sector del juego

Alberto Garzón deja la política y el Ministerio de Consumo, tras tres años al frente de una cartera marcada por las polémicas por sus medidas reguladoras. El líder de IU, en una carta dirigida a su militancia, ha explicado los motivos de su decisión y ha hecho un balance de su gestión al frente del ministerio.

Fachada del Congreso de los Diputados de España.

Alberto Garzón deja la política tras regular el sector del juego. ©victorf/Pixabay

Un freno a la publicidad del juego y las apuestas

Alberto Garzón ha anunciado este viernes que abandona la política y, por tanto, también su cargo como ministro de Consumo, una cartera que nació en enero de 2020 como parte del acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Garzón, que también deja la coordinación de Izquierda Unida, ha defendido en una carta a la militancia que su partido está hoy consolidado y es una fuerza con un “capital político imprescindible” para el futuro del país.

Desde el principio, Garzón tuvo claro cuál era su misión al frente del Ministerio de Consumo: “proteger a las personas consumidoras” y “promover pautas de consumo saludable”. Para ello, se propuso regular algunos sectores que consideraba “peligrosos o nocivos”, como el juego, la alimentación o las criptomonedas.

La medida más emblemática y controvertida que ha impulsado Garzón desde el Ministerio de Consumo ha sido la regulación de la publicidad audiovisual de los juegos de azar y las apuestas, que ha limitado a la franja horaria de 1 a 5 de la mañana y ha prohibido el patrocinio en camisetas o equipaciones deportivas. El objetivo de esta normativa, según el ministro, era crear entornos de juego más seguros y proteger a los colectivos más vulnerables, como los jóvenes o las personas con conductas problemáticas o patológicas.

Apuesta por el juego seguro y responsable

La ley del juego, que entró en vigor en mayo de 2021, ha supuesto un duro golpe para el sector, que ha visto reducir sus ingresos y su actividad publicitaria de forma drástica. Además, ha generado el rechazo de las empresas del juego, que han denunciado una “criminalización” de su actividad, y de los sindicatos, que han alertado de la pérdida de empleos y de derechos laborales. Garzón, sin embargo, ha defendido que su norma era “pionera en Europa” y que respondía a una demanda social y a una evidencia científica.

La regulación del juego y las apuestas se ha complementado con otras medidas de prevención y sensibilización, como el real decreto que establece medidas de juego seguro y responsable, y que entró en vigor en marzo de 2023. Esta ley obliga a los operadores de juego a adoptar medidas de protección hacia los usuarios, como la verificación de la identidad y la edad, la limitación de los depósitos y las apuestas, la información sobre el tiempo y el dinero gastados, la autoexclusión voluntaria o la prohibición de ofrecer bonos o incentivos a los jugadores con problemas.

Además, el Ministerio de Consumo liderado por Garzón ha convocado por primera vez ayudas para financiar 26 proyectos de investigación sobre el juego problemático y sus consecuencias, con un presupuesto de 2,5 millones de euros. Estos proyectos abordarán temas como el perfil y la prevalencia de los jugadores problemáticos, los factores de riesgo y de protección, las estrategias de prevención e intervención, el impacto social y económico del juego o la evaluación de las políticas públicas. Garzón ha afirmado que estas iniciativas son necesarias para “mejorar el conocimiento” sobre el fenómeno del juego y para “ofrecer soluciones” a las personas afectadas y a sus familias.

Balance positivo y retos pendientes

A pesar de las polémicas y las críticas, Garzón ha hecho un balance positivo de su paso por el Ministerio de Consumo, del que ha destacado su labor de “proteger a las personas consumidoras” y de “promover pautas de consumo saludable”. Entre las medidas que ha puesto en valor se encuentran el fin de los números 902, la ampliación del plazo de garantía de los productos, la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil o la creación de la figura de la persona consumidora vulnerable.

También ha resaltado su apuesta por la transparencia y la participación ciudadana, como la creación del portal Consumo Responde, que ofrece información y asesoramiento a las personas consumidoras, o la puesta en marcha de consultas públicas para recabar la opinión de la sociedad sobre las normas que afectan al consumo.

No obstante, Garzón también ha reconocido que “queda mucho por hacer” y que el próximo Gobierno deberá trabajar en otros retos, como la regulación de las loot boxes o cajas botín de los videojuegos, la prohibición de las criptomonedas o la elaboración de una ley de servicios de atención al cliente. Además, ha asegurado que deja la política con la “conciencia tranquila y con la satisfacción del deber cumplido”.

Con su marcha, el político cierra una etapa de tres años al frente de un ministerio que ha afrontado numerosos desafíos y que ha dejado una huella en el ámbito del consumo. Su gestión ha sido reconocida por diversos colectivos sociales, como las asociaciones de consumidores, las organizaciones ecologistas o los expertos en salud pública, que han valorado su compromiso con la defensa de los derechos de las personas consumidoras y con la promoción de un consumo más responsable y sostenible. Garzón se despide de la política con el apoyo de su formación, que le ha agradecido su trabajo y su dedicación, y con el respeto de sus compañeros de Gobierno, que le han deseado suerte en su nueva etapa.

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