Brasil enfrenta una crisis por el auge de apuestas ilegales

El mercado de apuestas en Brasil ha crecido aceleradamente, con plataformas ilegales aún dominando el sector y moviendo más de USD 175 millones al mes. A pesar de la regulación vigente desde enero de 2025, las autoridades enfrentan un desafío significativo para consolidar un sistema sostenible.

Bar de São Paulo, Brasil.

Brasil enfrenta una crisis por el auge de apuestas ilegales. ©Brunno Tozzo/Unsplash

El desafío de la regulación frente al avance del mercado ilegal

La regulación del juego en Brasil tenía como objetivo establecer un marco transparente y competitivo, garantizando que las apuestas fueran una actividad segura y supervisada. Sin embargo, la realidad ha demostrado que el sector ilegal sigue dominando gran parte de la industria, generando preocupaciones económicas y sociales.

El mercado de apuestas en su totalidad mueve alrededor de R$25.000 millones (USD 4.350 millones) anuales, pero una gran parte de esta cifra circula fuera del radar fiscal, lo que impide que el gobierno recaude ingresos clave para programas sociales y servicios públicos.

La falta de control sobre estos fondos ha generado una brecha financiera que afecta la sostenibilidad del sector y complica la expansión del mercado regulado.

Según André Gelfi, fundador del IBJR, la actividad económica de los operadores sin licencia no es monitoreada ni tributada, lo que dificulta la consolidación de un ecosistema de apuestas formal y seguro.

Esta falta de regulación implica que los jugadores están expuestos a fraudes, problemas de seguridad financiera y ausencia de mecanismos legales para proteger sus derechos. El dominio de las plataformas ilegales se ha visto reforzado por múltiples factores.

Uno de los principales obstáculos para canalizar a los apostadores hacia el mercado formal es la accesibilidad y promoción de los sitios sin licencia, que continúan operando sin restricciones significativas.

La facilidad para realizar depósitos mediante Pix y el anonimato de muchas de estas plataformas han hecho que los consumidores opten por ellas, a menudo sin considerar los riesgos que implican.

Además, la informalidad persiste debido a la falta de confianza en la regulación reciente. Aunque el gobierno ha implementado medidas de supervisión, todavía existe incertidumbre entre los apostadores sobre la estabilidad y confiabilidad del sistema regulado.

Mientras menos del 50% del sector está bajo regulación, más de la mitad de los jugadores siguen recurriendo a operadores no supervisados, perpetuando el ciclo de ilegalidad.

Expertos coinciden en que para reducir la brecha entre el mercado regulado y el ilegal es necesario reforzar las campañas de educación sobre juego responsable, aumentar la transparencia de los operadores con licencia y mejorar los controles financieros para evitar que las plataformas clandestinas continúen expandiéndose.

Sin una acción contundente, la legalización de las apuestas podría convertirse en un marco ineficaz, sin lograr el objetivo de garantizar un entorno seguro y competitivo.

Medidas del gobierno y estrategias de control

Para frenar la expansión del mercado clandestino, el gobierno federal ha intensificado sus esfuerzos mediante una serie de medidas dirigidas a frenar las operaciones ilegales. Hasta febrero de 2025, se han bloqueado más de 11.555 sitios de apuestas sin licencia, una acción significativa pero insuficiente para erradicar por completo el problema.

Uno de los principales desafíos en esta lucha es la persistencia de los operadores ilegales, quienes recurren a estrategias como la creación de sitios espejo para eludir los bloqueos y seguir funcionando bajo nuevos dominios.

Esta capacidad de adaptación ha generado la necesidad de aplicar controles más sofisticados, especialmente en el ámbito financiero.

El uso del sistema de pagos Pix, una herramienta omnipresente en Brasil que permite transacciones instantáneas, se ha convertido en una de las principales vías utilizadas por los operadores clandestinos para mover dinero sin restricciones. Según André Gelfi, el control financiero es clave para reducir la informalidad.

Con este objetivo, el gobierno implementó la Ordenanza 566/2025, publicada el 21 de marzo, que prohíbe a los bancos y entidades de pago procesar transacciones sospechosas vinculadas a apuestas irregulares.

Para fortalecer esta medida, también se estableció un sistema de denuncias, obligando a las instituciones financieras a reportar cualquier operación sospechosa en un plazo máximo de 24 horas.

Además de los controles financieros, otra acción importante ha sido la exigencia de que todas las plataformas legales operen bajo la extensión .bet.br, lo que permite diferenciar los sitios autorizados de aquellos que funcionan al margen de la ley.

Esta norma busca facilitar la identificación de operadores regulados y reducir la visibilidad de los sitios ilegales en el entorno digital.

Las entidades que incumplan las regulaciones establecidas estarán sujetas a inspecciones y sanciones administrativas, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la ley y consolidar un mercado de apuestas más seguro y transparente.

A pesar de estos esfuerzos, el gobierno reconoce que aún existen brechas importantes en el control del mercado. Los operadores ilegales continúan encontrando formas de evadir las restricciones y atraer a los apostadores.

Por ello, se está evaluando la posibilidad de endurecer las sanciones y mejorar la cooperación internacional para desmantelar redes de apuestas ilegales con servidores fuera de Brasil.

La relación entre las apuestas y la economía brasileña

El impacto de las apuestas en Brasil no solo se refleja en el mercado de juego como tal, sino también en la economía de los ciudadanos. Con la crisis financiera y el aumento del desempleo, cada vez más brasileños recurren a las apuestas como una forma alternativa de ingresos.

Según datos recientes, el 12,4% de la población ha utilizado el juego como una estrategia para mejorar su situación financiera, convirtiéndose en una práctica común para enfrentar dificultades económicas.

Este fenómeno ha sido impulsado por la facilidad de acceso a plataformas online y el crecimiento del mercado regulado, lo que ha incentivado a más personas a participar en esta actividad.

No obstante, los especialistas advierten que las apuestas no deben ser vistas como una solución estable ante los problemas financieros. Aunque en algunos casos han servido como un alivio económico, existe el riesgo de que los jugadores caigan en endeudamiento excesivo o desarrollen adicción al juego.

Las autoridades del mercado regulado han subrayado la importancia de promover el juego responsable, evitando que el juego sea percibido como una alternativa al empleo o como una fuente segura de ingresos.

En este sentido, han implementado campañas de concienciación y normas publicitarias que prohíben a las empresas de apuestas sugerir que el juego es una solución financiera.

Regulación del juego y su impacto en el deporte brasileño

Más allá de las apuestas online, el Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR) ha propuesto extender la regulación a otras formas de juego, como los casinos físicos y el tradicional jogo do bicho, una lotería clandestina con fuerte arraigo en Brasil.

Según André Gelfi, fundador del IBJR, la prohibición de estas actividades rara vez resulta efectiva. En su opinión, si una actividad tiene demanda social y puede integrarse de manera responsable, es preferible establecer un marco legal en lugar de criminalizarla.

La aprobación de esta regulación depende del Proyecto de Ley 2234/22, actualmente en discusión en el Senado, que busca incorporar tanto el jogo do bicho como los casinos a la normativa de juego del país.

Por otro lado, el crecimiento del mercado de apuestas ha tenido un impacto significativo en el fútbol brasileño, uno de los sectores más influenciados por esta industria.

Actualmente, la mayoría de los clubes de la Serie A del Campeonato Brasileño cuentan con acuerdos comerciales con plataformas de apuestas, lo que ha generado una inversión millonaria en el deporte.

Sin embargo, expertos como Gelfi advierten que los valores de los patrocinios están “por encima de lo razonable” y que, en el futuro, podrían ajustarse para garantizar una estabilidad en el mercado.

A pesar de esto, las casas de apuestas han sido un motor clave para la economía del fútbol, permitiendo la organización de eventos con mayores recursos y beneficiando tanto a los clubes como a los aficionados.

Brasil sigue enfrentando el desafío de consolidar un mercado de apuestas seguro, transparente y competitivo. Aunque la regulación ha marcado un avance importante, la persistencia del sector ilegal sigue generando obstáculos para alcanzar un equilibrio financiero y operativo.

El gobierno, los operadores legales y las entidades de supervisión continúan trabajando para reducir la informalidad, mejorar la supervisión financiera y evitar que el juego sea percibido como una solución económica para los ciudadanos en crisis.

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