Síndrome de abstinencia por lotería: la adicción que pasa desapercibida

La dependencia a jugar a la lotería puede provocar ansiedad, insomnio, irritabilidad y pensamientos obsesivos en quienes desarrollan un vínculo compulsivo con el juego. Aunque suele pasar desapercibido, este trastorno afecta a miles de personas en España y requiere atención urgente por parte de profesionales y organismos especializados.

Cuando la tradición se convierte en dependencia

Hombre preocupado con boletos de lotería frente a cartel que dice “Hoy no hay lotería”.

El juego compulsivo con lotería también puede causar daño psicológico.

La lotería ocupa un lugar central en la cultura española. Participar en sorteos semanales, comprar boletos en fechas señaladas o compartir décimos con compañeros de trabajo y familiares forma parte del paisaje social.

En especial, eventos como la Lotería de Navidad han sido históricamente vistos como una celebración colectiva, más vinculada a la ilusión que al riesgo.

Sin embargo, esta percepción benévola puede ocultar un problema de fondo: el uso compulsivo de la lotería como vía de escape emocional o como una conducta repetitiva difícil de controlar.

A diferencia de otras formas de juego, como los casinos online o las apuestas deportivas, que despiertan mayor recelo social, la lotería se presenta envuelta en un aura de legitimidad. Esto dificulta el reconocimiento de una posible adicción, tanto por parte de la persona afectada como por su entorno.

Desde el punto de vista neurobiológico, el acto de jugar activa el circuito cerebral de recompensa, produciendo liberación de dopamina, una sustancia asociada al placer anticipado. Con el tiempo, este mecanismo puede consolidarse en forma de hábito, especialmente si se asocia a emociones como la esperanza, el alivio o la euforia.

La repetición del gesto de jugar, incluso sin obtener resultados positivos, refuerza la conducta y puede generar dependencia psicológica.

Datos preocupantes y una adicción normalizada

Según la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), alrededor del 1,5 % de la población española padece ludopatía, y entre un 3 % y un 4 % está en riesgo de desarrollarla.

Aunque estas cifras engloban todo tipo de juegos de azar, la lotería también está incluida dentro de las formas de juego problemático. Sin embargo, su normalización social, que también ha provocado la aparición de estafas relacionadas con la lotería, dificulta su identificación como conducta adictiva.

El gasto en lotería en España es significativo. Datos del Ministerio de Hacienda y de Loterías y Apuestas del Estado indican que el gasto medio por habitante en juegos como la Lotería Nacional, Primitiva o Euromillón se sitúa entre los 250 y 400 euros anuales, dependiendo de la comunidad autónoma.

En algunas regiones, esta cifra se incrementa considerablemente en épocas como diciembre, debido a la fuerte campaña navideña. Este nivel de consumo, muchas veces no percibido como problemático, puede generar consecuencias negativas cuando se pierde el control.

Las personas con una relación disfuncional con la lotería no siempre lo verbalizan, ya que el comportamiento está socialmente aceptado. Esto complica la intervención temprana y puede derivar en daños emocionales, financieros y familiares si no se aborda a tiempo.

Síntomas del síndrome de abstinencia por lotería

El llamado “síndrome de abstinencia por lotería” no está aún categorizado de forma específica en los manuales diagnósticos como el DSM-5, pero comparte síntomas con otras adicciones conductuales.

Estos síntomas incluyen irritabilidad, ansiedad, insomnio, inquietud y pensamientos recurrentes relacionados con el juego cuando la persona intenta no participar en sorteos o evitar comprar boletos.

En estos casos, la necesidad de jugar no está motivada por la diversión o la ilusión de ganar, sino por la incomodidad que genera no hacerlo.

Este patrón responde a un ciclo de refuerzo negativo, en el que el juego se utiliza como herramienta para evitar emociones desagradables. Si se repite con frecuencia, puede generar una dependencia psicológica profunda.

En los últimos años, profesionales de la salud mental consideran el juego con loterías una forma encubierta de ludopatía, especialmente cuando se acompaña de distorsiones cognitivas como la ilusión de control (creer que se puede influir en el resultado) o la atribución mágica (dar significado especial a ciertos números).

Accesibilidad, publicidad y falta de regulación específica

Una de las razones por las que la adicción a la lotería pasa desapercibida es su accesibilidad. Cualquier persona adulta puede comprar un boleto sin restricciones, y los puntos de venta están integrados en el día a día.

A diferencia de los juegos online, no se requiere registro ni validación de identidad, lo que permite un consumo constante y poco controlado.

Además, la publicidad institucional refuerza el valor simbólico y emocional de los sorteos. Campañas como las de la Lotería de Navidad apelan a sentimientos como la generosidad, el compañerismo o la tradición, creando una narrativa que puede enmascarar los riesgos del consumo compulsivo.

En este contexto, la prevención es compleja. Las iniciativas actuales de juego responsable se centran mayoritariamente en el juego digital, dejando en segundo plano las prácticas tradicionales. Esto genera un vacío en la atención a personas que presentan una conducta adictiva relacionada con sorteos físicos, boletos o rascas.

Tratamiento y vías de recuperación

La adicción a la lotería es tratable, especialmente cuando se identifica en fases iniciales. La intervención psicológica, a través de terapias como la cognitivo-conductual, puede ayudar a modificar los pensamientos automáticos que sostienen el comportamiento, así como a desarrollar estrategias de autocontrol, regulación emocional y toma de decisiones.

Existen recursos públicos y asociaciones especializadas que ofrecen ayuda a personas afectadas por trastornos del juego. Entre ellos destacan FEJAR, Jugadores Anónimos o centros de atención a adicciones sin sustancia. Estos servicios suelen combinar atención individual, grupos de apoyo y orientación familiar, abordando el problema desde una perspectiva integral.

La prevención también juega un papel clave, especialmente en jóvenes. Aunque legalmente los menores no pueden participar en sorteos, el acceso indirecto a boletos a través de familiares o el refuerzo cultural del juego pueden sembrar la base de hábitos problemáticos en la edad adulta.

Por eso, la educación sobre el juego responsable, el pensamiento crítico y la gestión emocional debe formar parte de los programas escolares y comunitarios.

La adicción a la lotería no siempre se manifiesta con estruendo. A menudo, avanza en silencio, disfrazada de tradición, de rutina o de esperanza. Pero sus efectos pueden ser igual de dañinos que los de otras formas de ludopatía.

Reconocer los signos de alerta, ofrecer apoyo profesional y fomentar una cultura de prevención son pasos imprescindibles para visibilizar este trastorno y garantizar una relación más saludable con el juego.

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