El uso de Kick en menores: apuestas y streamers sin control

Kick se ha convertido en una plataforma de streaming que, más allá del entretenimiento, está generando preocupación por su vínculo con los casinos online. Influencers, apuestas y una audiencia joven se mezclan en un entorno digital que desafía los límites de la ética, el control parental y la responsabilidad tecnológica.

Qué es Kick: apuestas, streamers y jóvenes conectados

Manos sosteniendo un móvil mientras se muestra el logotipo verde de Kick sobre una interfaz de vídeo.

Kick preocupa a expertos por su mezcla de apuestas, streamers y audiencia joven.

Kick es una plataforma de streaming en directo que ha ganado popularidad por ofrecer a los creadores mayor libertad de contenido y mejores condiciones económicas que Twitch. Su enfoque menos restrictivo ha atraído a streamers con estilos provocadores y a marcas vinculadas al juego online.

Según Wifitalents, el 65% de su audiencia tiene entre 16 y 34 años. Aunque no todos son menores, muchos adolescentes acceden con facilidad a emisiones relacionadas con apuestas. La categoría de Kick casino lidera en visualizaciones y su estética informal contribuye a que el juego se perciba como una actividad cotidiana.

Algunos creadores en Kick, como Gero Arias, han consolidado su presencia transmitiendo sesiones de juego en vivo. Otros, como Simón Pérez, en Kick combinan entretenimiento con enlaces promocionales que redirigen a plataformas de apuestas. También el dúo Zonagemelos en Kick ha ganado notoriedad por su estilo desenfadado y por integrar el juego en su narrative.

En muchos casos, estos enlaces ofrecen bonos de bienvenida y créditos gratuitos, lo que incentiva la participación sin explicar claramente las implicaciones. Aunque el contenido se presenta como ocio, detrás hay una estrategia comercial que aprovecha la cercanía con el público joven para captar nuevos usuarios.

Del streaming al dinero fácil: ¿cuánto paga Kick a sus influencers?

El juego online se ha convertido en una vía de ingresos para muchos streamers en Kick, donde la monetización está directamente ligada a la audiencia y al tipo de contenido que se transmite.

Algunos incluso recurren a estrategias como comprar seguidores en Kick para aumentar su alcance y atraer colaboraciones con marcas de apuestas. Este tipo de promoción, que a menudo se presenta como entretenimiento, puede ocultar mensajes comerciales que no siempre son identificables por el público más joven.

La exposición constante a apuestas normaliza el juego como parte del ocio diario, sin advertencias claras sobre sus riesgos reales.

Además, el lenguaje cercano que utilizan muchos streamers refuerza la idea de que apostar es algo habitual, incluso divertido. Aunque Kick establece una edad mínima de acceso, el sistema de verificación es débil y fácilmente evitable.

¿Cómo se está abordando este fenómeno?

Diversos especialistas en salud mental y comportamiento digital advierten que el cerebro adolescente responde de forma especialmente intensa a estímulos de recompensa. Esta vulnerabilidad, combinada con la falta de regulación efectiva, facilita que los menores accedan a contenidos de apuestas sin filtros ni barreras reales.

Desde el ámbito educativo, se están impulsando programas que fomentan el uso responsable de las plataformas digitales. En paralelo, se reclama a servicios como Kick que refuercen sus sistemas de verificación de edad y que incorporen advertencias claras sobre los riesgos asociados a determinados contenidos.

También se han puesto en marcha campañas institucionales que buscan sensibilizar a familias y entorno escolar sobre el impacto del juego online en jóvenes. En España, iniciativas como Menos loots boxes, más real gamers apuntan a construir un ecosistema digital más transparente, donde el entretenimiento no oculte prácticas potencialmente perjudiciales.

¿Puede Kick transformarse en una plataforma responsable?

Kick se ha consolidado como una referencia emergente en el entretenimiento digital, pero su crecimiento plantea dudas sobre los límites del modelo que lo impulsa. Más que cuestionar su continuidad, el debate gira en torno a su capacidad para adaptarse a un entorno más exigente.

Entre las medidas propuestas figuran reorganizar categorías sensibles, incorporar alertas visibles, restringir el acceso de menores a emisiones de apuestas y exigir mayor transparencia en las colaboraciones comerciales. También se señala el papel de los creadores, llamados a asumir un rol más consciente en la forma de presentar el juego.

Kick tiene margen para evolucionar hacia una plataforma más equilibrada. Pero para lograrlo, deberá asumir responsabilidades claras en la protección de los usuarios más jóvenes. El reto está en compatibilizar libertad creativa, innovación tecnológica y compromiso social.

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