El juego online suma más mujeres, pero el liderazgo sigue siendo masculino

La presencia femenina en el juego online no deja de crecer, tanto en el consumo como en el ámbito laboral, impulsada por su visibilidad y las nuevas formas de ocio digital. Sin embargo, aunque el sector muestra señales de cambio, la igualdad real en el iGaming aún está lejos de alcanzarse.

Grupo de personas en mesa de casino con una mujer en el centro y hombres alrededor.

El juego online atrae a más mujeres, pero los puestos directivos siguen dominados por hombres.

Un sector en expansión que no se traduce en igualdad

En los últimos diez años, el juego online se ha consolidado como uno de los sectores más dinámicos del entorno digital, favorecido por el auge del ocio en línea, el protagonismo del móvil como plataforma principal y el avance de la regulación en distintos mercados.

Sin embargo, este dinamismo económico no se ha traducido en una transformación estructural en términos de equidad de género. Según la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), de las cuentas activas en plataformas online solo el 16,62 % corresponden a mujeres.

Aunque ha habido un ligero avance, la desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo evidente. Las jugadoras se concentran mayoritariamente en modalidades más simples, como el bingo online o las tragaperras, mientras que los hombres lideran en juegos de mayor complejidad estratégica, como el póker, las apuestas deportivas o los juegos de habilidad.

El perfil del jugador tipo sigue siendo masculino, de entre 25 y 44 años, con estudios universitarios y nivel socioeconómico medio-alto. Este patrón condiciona tanto el diseño de los productos como las estrategias de marketing, que continúan orientadas a un público masculino tradicional.

Como resultado, muchas mujeres no se sienten representadas en la oferta actual, lo que dificulta su implicación a largo plazo y reduce su vínculo con las plataformas.

Participación profesional: más presencia, pero en áreas periféricas

En el ámbito laboral, la presencia femenina ha aumentado, pero sigue concentrada en áreas de soporte. Un estudio regional de 2024 reveló que el 31,5 % de las mujeres trabaja a tiempo completo en el sector, pero el 78,6 % ha sufrido discriminación o acoso.

Esta cifra pone de relieve que el acceso no garantiza condiciones equitativas ni entornos seguros. En España, las mujeres se concentran en departamentos como marketing, atención al cliente, compliance o recursos humanos.

Los puestos técnicos y de liderazgo siguen siendo mayoritariamente masculinos. Informes internacionales sitúan la representación femenina en cargos de dirección por debajo del 25 %, y en áreas como tecnología, incluso por debajo del 10 %.

Esta segmentación horizontal y vertical del empleo no solo limita las oportunidades de promoción, sino que también reduce la diversidad de perspectivas en la toma de decisiones. La falta de referentes, la escasa conciliación y una cultura organizativa poco inclusiva dificultan la retención del talento femenino y perpetúan una estructura desigual.

Además, muchas mujeres abandonan el sector tras unos años por falta de proyección o por entornos hostiles, lo que genera una pérdida de capital humano cualificado.

Diseño de producto: un sesgo que limita la innovación

El diseño de los juegos de casino online responde a una lógica centrada en la competencia, el riesgo y la recompensa inmediata. Este enfoque, ligado al imaginario masculino, excluye formas de juego más sociales, narrativas o cooperativas, donde se ha detectado una mayor afinidad con el público femenino.

El Global Gamer Study 2024 reveló que el 44 % de las mujeres juega exclusivamente en móvil, frente al 27 % de los hombres, y solo el 36 % se identifica como gamer.

Esta distancia respecto al modelo de juego predominante evidencia la ausencia de una representación real en el diseño y en cómo se construye la experiencia del usuario. Muchas jugadoras no se sienten interpeladas por los productos actuales, ni por sus mecánicas ni por su estética.

La falta de pluralidad en los equipos de desarrollo reduce el potencial creativo y frena la innovación. Diseñar desde una única perspectiva reduce el alcance de los productos y su capacidad de conectar con una audiencia más amplia.

Incorporar la mirada femenina no es solo una cuestión de equidad, sino también de competitividad: los productos inclusivos tienden a tener mejor acogida en mercados diversos y a generar mayor fidelización.

Señales de cambio: políticas inclusivas y nuevas oportunidades

Aunque persisten resistencias estructurales, el sector del juego online empieza a mostrar signos de transformación. Algunas empresas han implementado políticas de diversidad, formación en sesgos y contratación inclusiva, con el objetivo de corregir desequilibrios históricos y fomentar entornos laborales más equitativos.

También han surgido redes de mentoría y programas de visibilización del talento femenino, presentes en eventos como ICE London, SBC Summit o Women in Gaming Awards. Estas iniciativas fortalecen redes profesionales y promueven referentes que cuestionan el discurso dominante del sector.

En el plano del producto, ciertos estudios incorporan criterios de accesibilidad, diversidad narrativa y representación de género en sus diseños. Este enfoque responde tanto a una demanda social como a una estrategia de mercado: atraer y fidelizar a públicos tradicionalmente excluidos.

Además, la convergencia con otras industrias digitales, como los videojuegos, el auge de los eSports o el streaming, está generando nuevas oportunidades para las mujeres. Plataformas como Twitch o Discord han dado lugar a comunidades de creadoras que redefinen la relación con el juego desde una perspectiva más participativa e inclusiva.

Obstáculos y desafíos para un cambio real

Aunque el sector del juego online ha comenzado a adoptar medidas inclusivas, el avance sigue siendo limitado. La falta de transparencia es uno de los principales frenos: pocas empresas publican datos sobre la composición de sus plantillas, procesos de promoción o brechas salariales por género, lo que dificulta medir el impacto real de sus políticas.

El acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad continúa condicionado por redes informales, dinámicas laborales poco conciliadoras y culturas organizativas masculinizadas. La meritocracia convive con prácticas que perpetúan la exclusión, como la penalización de la maternidad o la ausencia de protocolos frente al acoso.

Superar estas barreras exige más que buenas intenciones. Revisar los modelos de liderazgo, establecer objetivos de paridad y fomentar entornos laborales inclusivos son pasos clave para avanzar.

El futuro del iGaming dependerá no solo de la innovación tecnológica, sino también de su capacidad para construir un entorno más justo y representativo. Incorporar la perspectiva de género desde el diseño, medir la diversidad y promover liderazgos inclusivos será esencial para su legitimidad y sostenibilidad.

El talento femenino ya está. La cuestión es si el sector está dispuesto a integrarlo. La igualdad no llegará sola: requiere compromiso y acción real.

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