Así se ganó su sitio en la élite: Leo Margets finalista del WSOP

La catalana Leo Margets entra en la historia del póker al ser la primera española en alcanzar la mesa final del Main Event de las World Series of Poker. Su actuación en Las Vegas refuerza el papel femenino en un juego donde la presencia de mujeres sigue siendo notablemente baja.

Imagen animada que representa a Leo Margets jugando en una mesa de póker.

Leo Margets rompe barreras y se gana su lugar entre las leyendas del póker.

Trayectoria de una mente estratégica desde Barcelona

Formada en negocios y comunicación, Leo Margets descubrió su verdadera vocación tras una partida casual que la llevó del mundo empresarial al póker profesional.

Estudió Business Studies en Londres y completó un máster en comunicación en la Universitat Pompeu Fabra, pero fue el juego de cartas el que capturó su atención y acabó convirtiéndose en su profesión. Desde 2006, se ha dedicado de forma exclusiva al póker, dejando atrás su trabajo en una multinacional.

Su primer gran impacto internacional llegó en 2009, cuando fue la última mujer en pie en el Main Event de las WSOP, finalizando en el puesto 27 entre más de 6.000 participantes.

Ese logro le abrió las puertas a una carrera profesional que ha ido consolidando con victorias en torneos europeos y un brazalete en Las Vegas en 2021, donde superó a casi 2.000 rivales.

Además de competir, Margets ha contribuido al desarrollo del póker en España como formadora y divulgadora. Es socia de una escuela especializada en jugadores hispanohablantes y ha impartido charlas sobre psicología aplicada al juego.

Una final que rompe tres décadas de ausencia femenina

El pasado julio, Margets logró lo que ninguna mujer había conseguido en tres décadas: formar parte de los nueve finalistas del Main Event de las WSOP, el torneo más prestigioso del mundo.

Entre casi diez mil inscritos, consiguió clasificarse para la mesa final, algo que ninguna mujer había logrado en los últimos treinta años. A lo largo de la competición, Margets se mantuvo firme con un enfoque mental claro y una táctica precisa.

En una mano decisiva, con pareja de jotas, venció al portugués Sergio Veloso, asegurando su lugar entre los finalistas. Finalizó en el séptimo puesto y obtuvo 1,5 millones de dólares, la recompensa más alta que ha conseguido hasta ahora.

Su presencia en la mesa final no solo representa un éxito personal, sino también un símbolo de cambio en un deporte donde la participación femenina sigue siendo minoritaria.

Preparación, rutina y visión estratégica

Leo Margets no deja nada al azar. Para afrontar cada torneo, la catalana combina el estudio constante del juego con revisión de partidas, ejercicio regular y prácticas de concentración.

En las mesas, su estilo ha evolucionado. Al principio jugaba con gafas oscuras para disimular sus gestos, pero hoy se siente más segura enfrentando la mirada de sus contrincantes.

Considera que la confianza es una herramienta poderosa y que el póker exige tanto control emocional como habilidad técnica. Su enfoque se basa en tomar decisiones racionales, sin dejarse llevar por la presión ni por el resultado inmediato.

Además, ha aprendido a gestionar sus finanzas con inteligencia. En un entorno donde las rachas pueden ser impredecibles, adapta sus apuestas y diversifica sus ingresos. Esta visión le ha permitido mantener una carrera estable y evitar los altibajos que afectan a muchos jugadores.

Desafiando estereotipos y abriendo camino

Aunque la presencia femenina en los torneos de póker sigue siendo reducida, Leo Margets ha dejado claro que no hay límites reales para alcanzar la élite y que aspira a situarse al nivel de otras leyendas hispanas como Juan Carlos Mortensen.

Si bien su perfil ha captado el interés de marcas, ella subraya que su progreso se debe al esfuerzo sostenido. Quiere destacar por su habilidad en el juego, no por ser mujer. En el circuito profesional, ha encontrado un entorno respetuoso y competitivo donde prima el reconocimiento al talento.

Su trayectoria motiva a nuevas jugadoras y ayuda a consolidar el póker como un juego de estrategia y reflexión. Cada logro de Margets reafirma que la excelencia en el póker no depende del género.

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