Maltrato animal y apuestas: una realidad oculta

Miles de animales sufren cada año por las apuestas ilegales en carreras y peleas. Caballos y galgos son explotados para satisfacer el lucro de los jugadores. Un fenómeno encubierto que necesita una mayor legislación y concienciación para acabar con el sufrimiento animal. Estas prácticas son un delito que atenta contra la vida y el bienestar de los seres vivos.

Caballo de carrera en plena competición guiado por su jinete.

Miles de animales sufren cada año por las apuestas ilegales en carreras y peleas. ©@coldbeer/Pexels

Las carreras de caballos y galgos: un negocio abusivo

Las carreras de caballos y galgos son actividades que atraen a muchos aficionados a las apuestas, tanto legales como ilegales. Sin embargo, detrás de este espectáculo se esconde una realidad de maltrato animal que muchas veces pasa desapercibida.

Estos animales que participan en estas carreras son sometidos a un entrenamiento duro y exigente, que puede provocarles lesiones, estrés y agotamiento. Además, se les administra sustancias dopantes para mejorar su rendimiento, lo que puede afectar a su salud y bienestar.

Cuando estos dejan de ser rentables, ya sea por edad, enfermedad o bajo rendimiento, son abandonados, sacrificados o vendidos a mataderos. Según la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA), cada año se abandonan en España unos 50.000 galgos.

Las apuestas a carreras de caballos y galgos son muy populares en algunos países, especialmente en el Reino Unido e Irlanda, donde se celebran miles de eventos al año. Las casas de apuestas ofrecen una gran variedad de mercados y opciones para apostar en estas competiciones, desde el ganador hasta el tiempo o el margen de victoria.

Sin embargo, estos pronósticos también conllevan un riesgo para los apostadores, ya que pueden caer en trastornos como la ludopatía o la adicción al juego. Además, al apostar en estas pruebas se está fomentando una industria que explota y maltrata a los animales, sin tener en cuenta su bienestar ni sus necesidades.

Las peleas de perros: una práctica ilegal

Las peleas de perros son otra forma de maltrato animal vinculada a las apuestas clandestinas. Se trata de enfrentar a dos perros, generalmente de razas consideradas potencialmente peligrosas, hasta que uno de ellos muere o se rinde.

Según el periódico La Vanguardia, las lesiones y el maltrato psicológico que sufren estos canes es muy fuerte. Además, su vida es“descartable” para sus propietarios. El perro solo tiene valor si resulta vencedor y le genera ingresos; si resulta derrotado, lo sacrifican en la mayor parte de los casos. Se trata de una actividad rentable que conlleva juego ilegal y apuestas secretas.

Estas peleas se realizan en lugares ocultos y con medidas de seguridad para evitar ser descubiertos por las autoridades. A pesar de estar prohibidas por ley, siguen siendo habituales en muchos países, incluido España, donde se han detectado redes organizadas que operan a nivel nacional e internacional.

Las apuestas a peleas de perros pueden llegar a mover hasta 10.000 euros por combate. Los apostadores suelen ser personas vinculadas al mundo del hampa o la delincuencia organizada. Los perros son entrenados desde cachorros para ser agresivos y combativos, y se les somete a condiciones infrahumanas.

Estos enfrentamientos entre canes no solo suponen un grave maltrato animal, sino también un riesgo para la salud pública y la seguridad ciudadana. Los perros pueden transmitir enfermedades como la rabia o la leishmaniasis, y pueden atacar a personas u otros animales si se escapan o se les abandona. Además, estas peleas pueden generar violencia entre los apostadores o enfrentamientos con las fuerzas del orden.

Legislación y concienciación: claves para acabar con el maltrato animal

El maltrato animal es un problema que va más allá de la conciencia social. También afecta al medio ambiente, a la salud pública y a la seguridad ciudadana. Por eso, es necesario que exista una legislación adecuada que proteja a los animales y sancione a los responsables.

El código penal español clasifica el maltrato animal como un delito contra el medio ambiente y lo sanciona como tal. Los últimos datos del ministerio fiscal recogen que en 2019 se iniciaron 1.090 procedimientos judiciales por maltrato de animales domésticos, de los que 293 tuvieron sentencia condenatoria. El maltrato animal puede suponer hasta dos años de prisión.

Sin embargo, las asociaciones protectoras de animales denuncian que la legislación es insuficiente y desigual según las comunidades autónomas. Además, reclaman más medios para investigar y perseguir estas prácticas ilegales, así como más campañas de sensibilización y educación para fomentar el respeto hacia los animales.

Por otro lado, también es importante el papel de la ciudadanía como denunciante y como consumidor responsable. No participar ni apoyar actividades que impliquen el sufrimiento animal, adoptar animales abandonados en lugar de comprarlos o esterilizar a las mascotas son algunas acciones que pueden contribuir a acabar con el maltrato animal.

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