España pierde hasta 240 salones de juego en cuatro años
El cierre de 240 salones de juego en cuatro años reduce la oferta presencial en España y deja 3.600 locales activos ante la creciente presión regulatoria.
Un sector en ajuste constante

España pierde 240 salones de juego por regulaciones estrictas y cambios en el sector.
La Asamblea General número 43 de ANESAR puso sobre la mesa la realidad del juego presencial en España. La Memoria Anual 2025 confirma la desaparición de más de 240 salones desde 2021, un dato que refleja la transformación de un sector que, pese a los cierres, mantiene 3.600 locales en activo.
La tendencia apunta a una concentración empresarial que reduce la diversidad de operadores y obliga a las compañías más pequeñas a abandonar el mercado. No se trata de una desaparición, sino de un cambio de modelo: menos actores, más profesionalización y mayores exigencias de inversión.
Los salones de juego siguen siendo espacios de ocio y socialización, con un gasto medio de 16 euros por visita. El perfil del cliente es mayoritariamente masculino, con una edad media de 30 años, y en el 85% de los casos acude acompañado por familiares o amigos, lo que refuerza su carácter compartido.
Los operadores que permanecen han reforzado la seguridad, la formación y la diferenciación en un mercado cada vez más competitivo. El reto, sin embargo, está en mantener atractivo frente al avance del juego online, que crece de forma sostenida y capta a un público más joven.
Empleo y aportación económica
El sector conserva un peso económico notable pese a los cierres. Genera más de 47.000 empleos, de los cuales 19.000 son directos, con un 62% de mujeres en plantilla y presencia de nacionalidades diversas.
Otros 2.700 puestos están ligados a la fabricación y distribución de máquinas, mientras que 26.000 empleos indirectos dependen de servicios auxiliares como limpieza, reformas o seguridad.
La inversión privada se mantiene como un pilar clave del sector. Desde 2021 se han destinado 260 millones de euros a inmuebles y 72 millones a controles de acceso y verificación de identidad, con sistemas que exigen el uso del DNI en salones de juego.
A esa partida se suman 90 millones en cajeros de seguridad y 2.500 millones en máquinas y sistemas, mientras que cada año se invierten otros 36 millones en seguridad y servicios auxiliares.
Los salones de juego sostienen una de las mayores inversiones privadas en el ocio, con efecto multiplicador en reformas, suministros, hostelería y servicios de limpieza.
Normativas y presión regulatoria
Los salones de juego Madrid y Canarias se han visto condicionados por normativas que fijan una distancia mínima entre locales y centros educativos. Estas disposiciones han provocado cierres y traslados, reforzando la percepción de un sector sometido a un marco regulatorio estricto.
En comunidades como Cataluña o Andalucía, las restricciones también han frenado la apertura de nuevas salas de juego, consolidando un mapa nacional con menos locales, pero más controlados, en un intento de proteger a los colectivos vulnerables.
Este marco normativo, aunque considerado necesario, ha generado incertidumbre entre los operadores, que reclaman mayor estabilidad para poder planificar inversiones.
La presión regulatoria se suma a la percepción social sobre el juego presencial. Desde ANESAR se insiste en que los salones de juego son espacios seguros, con controles de acceso reforzados y sistemas de verificación que impiden la entrada de menores o de personas inscritas en registros de autoprohibición.
Fiscalidad y aportación social
La recaudación fiscal del sector supera los 320 millones de euros, distribuidos en 200 millones en tasas de juego y 120 millones en otros tributos como IVA o cotizaciones. ANESAR subraya que esta recaudación podría financiar proyectos sociales de impacto, desde escuelas y carreteras hasta hospitales y ambulancias.
La asociación recuerda que el juego presencial no solo es motor económico, sino también un contribuyente relevante para las arcas públicas. La estabilidad normativa permitiría mantener esta aportación y asegurar que los recursos derivados del sector continúen beneficiando a la sociedad en su conjunto.
El cierre de más de 240 salones de juego en España refleja un sector en transformación. Con 3.600 locales activos y una aportación fiscal superior a 320 millones de euros, la industria busca estabilidad para seguir generando empleo, inversión y espacios de ocio regulados en un entorno competitivo.
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