Se prohíbe la publicidad de slots en Grecia
La nueva regulación igaming en Grecia se ha endurecido sobre todo con respecto a las máquinas con generador de números aleatorio (RNG). Se estipulan límites de apuesta, un tiempo mínimo entre cada giro de los rodillos en las tragaperras, así como la prohibición de toda publicidad de slots fuera de las páginas web de los casinos online. Además, los operadores solo podrán dirigirse explícitamente en sus campañas a mayores de 21 años. La industria mira las nuevas medidas con cierto recelo.
Entre otras cosas, los operadores no podrán asociar la publicidad de las máquinas tragaperras a expectativas de ganancia y otras imágenes positivas que pueden inducir a una percepción equivocada de estas entre los jugadores. ©Mayya666/Pixabay
En Grecia, la regulación del mercado de juegos de azar y apuestas online desde 2011 no ha sido todo lo satisfactoria que se podía esperar. Ello no ha impedido que importantes operadores internacionales de la talla de Bwin, William Hill o Paddy Power, entre otros, hayan entrado en el mercado griego con grandes expectativas, y ello a pesar de que los casinos físicos no viven su mejor momento.
Los diferentes borradores que se han ido desarrollando a lo largo de los últimos años han propuesto modificaciones de la regulación básica, algunas de las cuales han sido ventajosas para los operadores y otras menos. Preocupante es el oneroso impuesto sobre el juego del 35% sobre los ingresos brutos.
Una de las modificaciones más importantes es la que concierne a las populares máquinas tragaperras. Borradores iniciales contemplaban que estas máquinas quedaban reservadas para operadores nacionales, pero ahora se abre el mercado a la competencia extranjera.
No obstante, las buenas noticias han quedado un tanto eclipsadas por una modificación a mayores de la ley que ha sido remitida a las instancias europeas para su aprobación. Las máquinas con generador de números aleatorio (RNG), como las slots, sufren limitaciones importantes:
- Prohibición de la publicidad de slots
- Límite de apuesta de 2€
- Máximo de ganancias por partida de 5.000€
- Tiempo mínimo para iniciar un nuevo giro en los rodillos queda establecido en 3 segundos
La regulación de los juegos tiene como objetivo combatir las conductas problemáticas asociadas al juego online. Además, se establecen una serie de obligaciones a los operadores online. La principal es el deber de alertar a los jugadores una vez que han alcanzado el 80% del límite que han impuesto para los depósitos. Por otra parte, los clientes deberán establecer sus propios límites para depósitos, pérdidas y tiempo de juego.
La publicidad en el punto de mira
Pero sin duda, la restricción más importante tiene que ver con la prohibición total de la publicidad de máquinas con RNG, o sea, tragaperras, más allá de las páginas web de los operadores. Además, cualquier tipo de difusión en los medios sociales debe asegurarse de que se dirige a mayores de 21 años, lo que supone un problema en redes como Facebook o Instagram.
Otra de las cuestiones en las que los reguladores helenos han hecho hincapié es la manera cómo los operadores promocionan los juegos. A partir de ahora, en las campañas no pueden aparecer referencias positivas a estos, falsas expectativas de ganancias o incluir personajes o mensajes que sean atractivos para menores.
Cualquier publicidad que sugiera que gracias al empleo de ciertas habilidades las probabilidades de ganancia aumentan queda también completamente prohibida. Y Grecia no ha sido el primer país en mostrar su preocupación por el contenido de los anuncios.
El caso de La Grossa
Recientemente, la entidad Loterías de Cataluña se veía obligada a retirar un anuncio de La Grossa, el gordo de fin de año, por las falsas expectativas que en el mismo se generaban. Después de numerosas críticas en las redes sociales y de los principales partidos políticos, los responsables del ente catalán pedían disculpas.
En el anuncio se podía leer una desafortunada asociación entre la distancia social promovida por las autoridades sanitarias por causa de la pandemia de la COVID-19 y el ascenso social derivado de las ganancias obtenidas al comprar un billete de lotería.
