Garzón: erre que erre con los bonos
El ministro de Consumo Alberto Garzón se reafirma en su cruzada contra el juego online y los bonos. En rueda de prensa confirmaba la idoneidad de las medidas que van más allá del contexto concreto de la pandemia del coronavirus. Pero ¿han sido realmente efectivas? El Real Decreto de Comunicaciones Comerciales está en el punto de mira. Un análisis.
El ministro de Consumo Alberto Garzón sigue erre que erre en su cruzada contra el juego y las apuestas online. No parece que nada ni nadie lo vaya a parar hasta que consiga prohibir toda publicidad relativa al juego. ©kalhh/Pixabay
Lo volvía a hacer. El ministro de Consumo Alberto Garzón aparecía en rueda de prensa para reafirmarse en su política contra el juego online y los bonos de fidelización y mostrar la eficacia de las medidas tomadas. Una vez que los casinos y salones de juegos siguen cerrados debido a la epidemia del coronavirus, el juego online es el objetivo número uno del ministro.
Una comparecencia que no por esperada se confirmaba como la enésima vez que el ministro la tomaba contra el sector del juego online en España, alegrándose por la reducción del consumo del mismo y atribuyendo tal éxito a las medidas tomadas por su ministerio.
“El resultado neto es que había crecido el uso del juego online y de apuestas entre la población española… decidimos poner en marcha tres medidas: la prohibición de actividades de promoción, tales como los bonos de fidelización, la actividad sigue ahí, lo que nosotros prohibimos es la promoción de los bonos de fidelización, y después la prohibición de la publicidad, de los anuncios comerciales en televisión y radio con la excepción del horario de 1 a 5… y asimismo la prohibición total sin horario, adaptada a las singularidades de ese sector de la sociedad de la información, internet, páginas web, etc., pueden comprobar que desde el 3 de abril que se aprobó el Real Decreto, con efectos al 6 de abril, no hay ningún anuncio de juego online o de apuestas… Los resultados transcurridos un mes desde la aprobación de esa norma son que se ha reducido enormemente el consumo del juego online y de apuestas en esos sectores que habían crecido previamente. Por lo tanto, creemos que hemos acertado en nuestro objetivo de proteger especialmente a la población más vulnerable en un momento como este.”– Alberto Garzón, Ministro de Consumo, Gobierno de España
Pero no nos confundamos. Las medidas tomadas, muchas de las cuales se encuentran ya en el proyecto de Real Decreto de Comunicaciones Comerciales de las Actividades de Juego, la patata caliente que le toca al nuevo director de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), Mikel Arana, no tienen que ver con la situación excepcional que vivimos debido a la pandemia ocasionada por el coronavirus. Se trata de la particular cruzada del ministro Garzón contra el juego y las apuestas online.
Nos preguntamos si estas medidas, como la prohibición total de toda publicidad relativa a los bonos, han llegado para quedarse. Sin duda, el ministro tendrá en el nuevo director de la DGOJ un inestimable aliado.
El grupo Veramatic muestra su apoyo al ministro
En una carta abierta dirigida al nuevo responsable de la DGOJ, Mikel Arana, el Grupo Veramatic, operador del casino online Jokerbet, se mostraba en completo acuerdo con las medidas tomadas desde el ministerio. En este sentido manifestaban lo siguiente:
“como es sabido, los bonos son la principal causa de conflictividad entre usuarios y operadores de juego, así como una de las causas más relevantes del fraude de identidad.”
Por ello solicitan que los bonos sean prohibidos en la próxima normativa sobre juego responsable, es decir, se manifiestan activamente por darle continuidad a la situación actual. Pero las críticas a Veramatic no tardaron en llegar.
Se les acusó de irresponsabilidad, de quebrar la unidad del conjunto de la industria, de aceptar la “nueva normalidad” sin rechistar. Los bonos y promociones no tendrían nada que ver con los problemas generados por la adicción al juego. La cuestión de fondo sería que Veramatic hoy es incapaz de competir con los bonos y promociones que ofrecen los grandes operadores de la industria en nuestro país.
Además, el problema real en estos tiempos de pandemia no serían los bonos de fidelización, sino el peligro de que los jugadores se dejen atraer por las rimbombantes ofertas que se ofrecen en casinos online ilegales, que vienen a cubrir el vacío que la prohibición de la publicidad online ha dejado.
¿Qué pasa en Europa?
La Gambling Commission en el Reino Unido ha advertido que, aunque no se observa un incremento del juego online, ni tampoco un incremento de jugadores noveles, lo que sí han observado es el desplazamiento hacia otros productos como slots, póker y deportes virtuales. A este respecto han publicado una directiva con medidas concretas para la protección de los consumidores.
No obstante, de la rueda de prensa del ministro Garzón uno extrae la conclusión de que, al haberse cerrado las salas presenciales y los casinos físicos, los ávidos jugadores se habrían ido todos al juego online, a pesar de la falta de competiciones deportivas que ha afectado enormemente a las apuestas. El consumo de juegos como el bingo, las slots o el póker se habría disparado, según el ministro.
Pero ¿es esto lo que los indicadores nos presentan? Los datos que maneja la industria del juego reflejan otra realidad. La Asociación Europea de Apuestas y Juegos (EGBA) publicaba recientemente un tuit en el que mostraba que el juego online ha disminuido en general, así como los ingresos por esta actividad.
El operador William Hill, por ejemplo, que está presente en nuestro país, reportaba un descenso de los ingresos de más del 50%. Aunque esta cifra tiene más que ver con el cierre de los salones de apuestas a lo largo de Gran Bretaña que al impacto del coronavirus en el juego online.
En otros países europeos también se ha observado esta tendencia general de un descenso de la actividad de juego online. Caídas que pueden ser importantes pero que varían según los países. No obstante, los jugadores fieles en línea no se han visto afectados ni por la crisis de la pandemia ni por el impacto de las medidas tomadas desde el gobierno.
