Impasse en Brasil: Bolsonaro podría vetar la nueva legislación

Según informaciones, un grupo de trabajo en la Cámara de Representantes federal brasileña estaría estudiando la actualización de un texto legislativo en torno al juego que lleva estancado desde 2016. Los grupos evangélicos en el parlamento han sido los que tradicionalmente se han opuesto a la legalización del juego y las apuestas. Aunque parece que la opinión estaría cambiando. La crisis económica y la inflación rampante podrían precipitar la apertura de Brasil al juego.

Paradisiaca playa en Recife, Brasil.

El turismo es un sector estratégico para la economía de Brasil. Ahora se podría ver complementado por la legalización del juego y las apuestas que actuarían como generadores de demanda para los complejos hoteleros. ©thiago japyassu/Pexels

Brasil tiene un problema grave. Se encuentra en una penosa situación social y económica agravada por la pandemia y no parece que su actual presidente Jair Bolsonaro pueda ser capaz de revertir la situación. Las elecciones de 2022 se antojan decisivas y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva aparece como favorito en todas las encuestas. Con casi toda seguridad, la pérdida de las elecciones supondría para Bolsonaro el fin de su carrera política.

El juego en Brasil, un continuo tira y afloja

No ha pasado desapercibido a los legisladores brasileños que el avance regulatorio del juego en Latinoamérica ha aportado grandes beneficios a los estados gracias a la recaudación tributaria. Lo mismo ha ocurrido en Portugal, un país al que le unen fuertes lazos con Brasil y que ha visto un importante incremento de los ingresos relativos al juego, y que se podría convertir en un modelo para la regulación del juego y las apuestas en el Brasil.

Hace poco que se cumplieron 80 años de la prohibición del juego en Brasil, el 3 de octubre de 1941. Ello no ha impedido que se hayan desarrollado modalidades de apuestas muchas al margen de una legalidad que se debate entre las competencias de los estados y el régimen federal. A día de hoy, Brasil carece de regulación, una situación que si cabe es aún más flagrante en el segmento online en donde los operadores extranjeros se están haciendo con el mercado de apostadores brasileños sin que ello aporte nada al estado federal. Pero el juego existe en Brasil, el famoso jogo do bicho, por ejemplo, y las loterías estatales y municipales. Lo que está prohibido es la explotación privada del juego, y esto es lo que el Grupo de Trabajo del Juego estaría debatiendo en la cámara de diputados.

Se habría calculado que la regulación del juego en Brasil podría aportar a las arcas del Estado algo más de 20 mil millones de reales al año, unos 3 mil millones de euros. En medio de una grave crisis económica, el diputado federal João Carlos Bacelar, a la sazón coordinador del Grupo de Trabajo del Juego en la cámara de diputados, habría afirmado que un país en el que la inflación está de vuelta y la miseria ha aumentado no se puede permitir el lujo de tirar por la ventana veinte mil millones.

No se trataría únicamente de regular y controlar una actividad que hasta ahora es ilegal, sino que también se han de tener en cuenta los beneficios económicos a la población con la creación de empleo, que se estima que podría llegar a los 600 mil puestos de trabajo directos como producto de la apertura del mercado. En este sentido, uno de los puntos a debatir es el relativo al establecimiento de los casinos dentro de resorts integrados que estarían controlados por cada estado, como prevé el actual texto legislativo que aún no ha sido llevado a la práctica.

El Grupo de Trabajo habría propuesto que los casinos turísticos operen al margen de los resorts que, inevitablemente, despiertan un mayor interés entre los operadores extranjeros, por lo que el mercado de locales físicos de juegos y apuestas se expandiría a consecuencia de ello. Se propone que la unión federal se encargue de la fiscalización de los casinos, que los estados regulen el jogo do bicho y que los municipios operen las populares loterías.

El nuevo marco regulatorio en el que se estaría trabajando podría estar listo para noviembre de este año. “Al sacar el juego de la ilegalidad, el Gobierno podrá determinar cómo funcionará cada modalidad, controlará las empresas, los casinos, los bingos y todas las apuestas online. En otras palabras, sólo podemos ganar”, afirmaba el diputado federal y miembro del Grupo de Trabajo Nelsi Coguetto Maria.

Bolsonaro en contra

No obstante, todo parece indicar que de salir adelante la nueva legislación ésta encontraría la oposición del actual presidente Jair Bolsonaro. En una entrevista publicada por VEJA, el presidente brasileño habría afirmado que tiene la intención de vetar la propuesta del Grupo de Trabajo en la cámara de diputados, aunque después el Congreso podría anular el veto.

Bolsonaro, muy unido a los intereses de los partidos evangélicos que tradicionalmente han sido contrarios a los juegos de azar, no ha dejado mucho margen a la especulación. Sin embargo, desde el mismo medio informativo se señalaba que el diputado Bacelar, coordinador del Grupo de Trabajo, habría mantenido abierto el diálogo con los grupos evangélicos algunos de los cuales se habrían mostrado ahora favorables a una legalización habida cuenta de los beneficios económicos que traería para los municipios en donde gobiernan.

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